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Fútbol

El IR Tánger en crisis vuelve a la Botola con el espectro del descenso

El Ittihad Riadi Tánger (IRT) vive una crisis sin precedentes, tanto deportiva como institucional. Ahora vuelve, tras el parón mundialista, a la Botola con un partido en que se enfrenta a domicilio ante el RS Berkane.

Es la peor temporada desde que saltó en la temporada 1987/1988 a las categorías nacionales, ya que ocupa el último puesto, el farolillo rojo, en la clasificación de la Primera División, Botola Pro, de Marruecos, tras ocho jornadas, dos empates y seis derrotas, con solo dos de 24 puntos posibles; tres goles a favor y diez en contra.

El espectro del descenso a Segunda División se cierne sobre el equipo y su afición, tras haber ganado el campeonato en 2018, por primera vez en su historia, lo que le llevó a posteriores participaciones a nivel continental en África.

El equipo ofrece un balance deportivo paupérrimo de dos puntos tras ocho partidos disputados en la Botola Pro y donde ha cosechado tan solo dos empates y seis derrotas, entre ellas ante su rival del norte, el MAT Tetuán.

Toda una serie de crisis y contratiempos afectó a los Caballeros del Estrecho, incluida su relación con la afición y sus hinchas, que amenazaron en más de una ocasión salir a las calles a protestar, sobre todo porque las páginas de distintas redes sociales están llenas de críticas, ya sea por vecinos de la ciudad, seguidores y sus componentes más radicales como la peña UltraHércules.

El club atraviesa una crisis financiera asfixiante por la acumulación de sus deudas representadas en distintos expedientes de conflictos así como las deudas pendientes de jugadores, lo que contribuyó en gran medida a la situación en la clasificación por parte del IRT.

El equipo se enfrenta al espectro del descenso a la Segunda División, debido a la falta de un plan de acción, así como a su dependencia de un plantel de jugadores no profesionales.

El presidente deja el cargo

Además, el presidente del club Ittihad Riadi Tánger, Mohamed Ahkan, anunció su renuncia a la tarea de dirigir al club, después de tan solo un año de asumir esta responsabilidad.

El anuncio de se produjo durante la asamblea general ordinaria del club, durante la cual también se presentaron y aprobaron los informes financieros.

Ahkan consideró que la decisión de cesar en sus funciones constituye un sometimiento al hecho consumado que se caracteriza por una situación de crisis que atraviesa el equipo.

La renuncia de Mohamed Ahkan a la dirección del equipo Ittihad Riadi Tánger se produce después de que asumiera esta responsabilidad, sucediendo al expresidente Abdelhamid Abarchan (ligado como sus predecesores a la política), tiempo durante el cual no pudo dirigirlo en la dirección correcta.

La estrategia anunciada por el presidente no se basó en bases realistas, destacando que el proyecto fracasó en sus inicios y contó ademas con el cese del técnico de Zaki Badou en la quinta jornada.

La deuda económica asciende a 5.000 millones de céntimos (4.500.000 euros).

Mohamed Ahkan asumió las funciones de presidente y formó su directiva hace más de un año, el 21 de diciembre de 2021, y no existía ningún proyecto deportivo para el equipo, quien es considerado uno de los pocos presidentes que vino de fuera del mundo de la política y negocio.

Su proyecto era sacar al equipo de la espiral de resultados negativos y mantenerlo dentro de los equipos de élite.

Todo el mundo sabe que el problema de la deuda en el que se encuentra el equipo tiene viejas y nuevas acumulaciones por parte de las instituciones, así como las repercusiones de la epidemia de Covid-19, que le hizo perder al equipo importantes ingresos. eso superó los tres mil millones de céntimos, como el tercer equipo más afectado después de los dos equipos de Casablanca, Raja y Wydad.

Un equipo del tamaño del IR Tánger requiere un presupuesto entre 3000 y 3500 millones de céntimos (2.700.000-3.150.000 euros), para administrar el equipo en buenas condiciones y ponerlo en la mitad de la tabla, teniendo en cuenta que sin este presupuesto el equipo caerá a Segunda División, y si quiere competir por el Campeonato, necesita un presupuesto de al menos 6000 millones (5.400.000 euros), y eso no existe en el momento y es imposible.

En este contexto, son las autoridades públicas, las instituciones y los agentes económicos de la ciudad quienes deben asumir toda su responsabilidad en el apoyo material y moral al primer equipo de Tánger, para sacarlo de la inquietante situación actual que no está a la altura de su nivel y que lleva el nombre de la ciudad del Estrecho.

Texto: Jesús Cabaleiro