Diario Calle de Agua

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Sociedad

Un líder para los musulmanes españoles

Artículo de opinión de Ismael Ben Yusuf sobre la futura elección del líder de la Comisión Islámica de España (CIE) tras el fallecimiento de su anterior presidente, Riay Tatari.

“Liderar el islam español no debe ser un cargo, sino una carga en todo caso. Riay Tatary así lo entendió y, hasta el final de sus días, trabajó con más o menos acierto por los Acuerdos de Cooperación y por la unidad de ese universo caleidoscópico que representan los musulmanes en nuestro país.

Bochornoso ha sido el espectáculo de quienes, tras la muerte del presidente de la Comisión Islámica de España, se han lanzado a ocupar su sillón, como si de un trono legendario se tratase. Algunos de estos no han dudado en criticar severamente el trabajo de los últimos responsables de la CIE. Incluso los hay que todavía cuestionan sus estatutos, su democracia interna o su transparencia y se presentan como adalides del consenso y candidatos de intachable trayectoria.

El islam español no necesita líderes sectarios ni rehenes de gobiernos extranjeros. Tampoco puede estar representado por agentes de “corrientes” islámicas de dudoso encaje constitucional. La presidencia de la CIE no debe ser trampolín político de ningún partido ni, mucho menos, de aquellos que proponen ideas involucionistas.

Me gustaría que la presidencia de la CIE la ostentara una mujer; sería todo un ejemplo público de que los musulmanes estamos a favor de la plena igualdad. Pero me conformo con que haya un número significativo de mujeres en la Asamblea General, lo que debería ocurrir necesariamente en los próximos años.

Presidir la CIE debe ser una misión alejada de favoritismos. Su presidente o presidenta ha de tener una clara vocación de servicio a la comunidad, gozar de un mínimo prestigio profesional o social para poder relacionarse exitosamente con todos y conducir la institución, de manera continuista, hacia la consecución de sus objetivos fundacionales.

Mohammed Ajana, actual secretario de la CIE, podría encarnar bien la representación de los musulmanes españoles ante el Gobierno de España. Hombre moderado, de paz, conocedor de los entresijos del Ministerio de Justicia, del que dependen las Relaciones con las Confesiones; un musulmán de consensos, independiente y fuera de toda sospecha… Nos queda esperar y asistir a un proceso democrático cuyas reglas escritas pueden mejorarse pero nunca ser puestas gratuitamente en entredicho”.