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El yacimiento arqueológico de Tamuda, en Tetuán, una joya arquitectónica y turística

La ciudad histórica de Tamuda está ubicada a dos kilómetros de Tetuán, en la margen derecha del valle de Martil, y a unos 10 kilómetros del mar Mediterráneo. Es uno de los yacimientos arqueológicos más antiguos del norte de Marruecos, que siempre ha impresionado a los especialistas, gracias a su maravilloso entorno natural y restos arqueológicos. La ciudad original la recorre al visitante en un ambiente milenario y un espacio lleno de historia y secretos.

El yacimiento arqueológico de Tamuda, considerado una auténtica joya arquitectónica y turística, cautiva tanto a investigadores y arqueólogos como a visitantes curiosos, ya que les permite viajar en el corazón de la época mauritana y romana.

Muchos investigadores intentaron determinar la ubicación de la ciudad de Tamuda, pero el mérito del descubrimiento del sitio es del investigador español César Luis de Montalbán (1876-1971), que localizó los restos en 1921.

En 1922, el arabista español Manuel Gómez Moreno (1870-1970) estudió los vestigios arqueológicos. El arqueólogo Pelayo Quintero Atauri (1877-1946), tomó el relevo y continuó las excavaciones durante la década de los 40, destacando el descubrimiento de la necrópolis. Fue director del Museo Provincial de Bellas Artes de Cádiz, ciudad a la que estuvo muy vinculado, y falleció en Tetuán, donde fundó el Museo español.

Las excavaciones más importantes tuvieron lugar entre 1949 y 1955 por el arqueólogo Miguel Tarradell (1920-1995), gran especialista en Tamuda y la Mauritania Tingitana. Publicó un panorama general sobre las excavaciones en 1956 y en 1960 sobre el Marruecos púnico. También trabajó en el yacimiento de Lixus en Larache.

Entre 1958 y 2007 no se llevaron a cabo nuevas excavaciones arqueológicas pero desde entonces fueron realizadas por investigadores marroquíes y españoles.

El conservador del yacimiento arqueológico, Tariq Moujoud, explicó: “las excavaciones arqueológicas permitieron descubrir restos de dos periodos históricos: la época mauritana, donde la superficie aproximada de la ciudad mauritana era de unas cinco hectáreas, y la época romana”, explicando que fue sometida a dos sucesivas operaciones de destrucción durante el siglo I. Desde su existencia, la primera fue hacia el año 38 a d. C debido a un incendio, mientras que la segunda y última destrucción tuvo lugar hacia el año 40 d.C. con motivo de la ocupación romana de la entonces Mauritania Tingitana, siendo abandonada definitivamente.

Moujoud aclaró que el ejército romano había construido un campo militar sobre las ruinas de la ciudad, la fecha de su construcción se remonta a mediados del siglo I d.C., señalando que la fortaleza, que incluye un centro de mando, termas romanas y cuarteles residenciales para soldados, tenía cuatro puertas, cada una con vistas a los cuatro puntos cardinales. Estaba protegido por un sistema defensivo de veinte torres semicirculares.

Tamuda, cuyo nombre se remonta a la palabra líbica que significaba ‘pantano’ o también al amazigh ‘Tamda’, hace referencia también al pantano conectado al curso de un río. Así, fue testigo de un notable desarrollo así como de industrias locales de artesanía como cerámica, herrería y orfebrería, además de acuñación y alfarería, que formaron gran parte de los materiales arqueológicos que se elaboraron. Encontrarlo, constatar que la proximidad de la ciudad al mar, contribuyó a su apertura a los intercambios comerciales con la Península Ibérica y otros países del Mediterráneo a través de su puerto fluvial.

La inclusión del sitio arqueológico de Tamuda en la lista del Patrimonio Nacional en 2005 fue el primer paso del Ministerio de Cultura marroquí para mantener y restaurar este patrimonio arqueológico.

Posteriormente, el Ministerio de Cultura, en alianza con sus socios locales e internacionales, lanzó el Proyecto Plan Estratégico (2008-2011), que tiene como objetivo realizar estudios para avanzar en la restauración y rehabilitación de esta joya arqueológica.

En 2009, Cultura puso en marcha un programa de restauración y rehabilitación de este conjunto histórico, que se caracterizó en particular por la creación de un conjunto conservador para el sitio, que incluía oficinas administrativas, biblioteca, sala de conferencias, laboratorio de investigación y  puesta en marcha de proyectos de restauración de los muros y puertas del campamento militar romano, como los relacionados con la restauración de las puertas Sur (2015) y Oeste (2016), así como la puerta Norte y algunas estructuras arqueológicas en la puerta Sur de la ciudad mauritana, durante el período 2018-2020.

Además, se han puesto en marcha varios programas de investigación destinados a actualizar los datos históricos del yacimiento de Tamuda, así como los proyectos para realizar un circuito de visita e instalar paneles explicativos en la ciudad mauritana y el campamento romano.

Por otro lado, Moujoud confirmó que las excavaciones arqueológicas continuaron en el yacimiento de Tamuda entre 2008 y 2019, en el marco de convenios entre el Ministerio de Cultura, la Dirección de Patrimonio Cultural, el Instituto Nacional de Arqueología y Patrimonio y las universidades andaluzas de Cádiz, Granada y Huelva.

Se viene trabajando en el norte de Marruecos a lo largo de una década con un convenio entre el Ministerio de Cultura marroquí y la Universidad de Cádiz.

Estas excavaciones permitieron la divulgación de nuevos datos, incluido el descubrimiento de los baños o termas romanas y la puerta Este de la ciudad mauritana, y la confirmación de la teoría de que los romanos reutilizaron las calles de la destruida ciudad mauritana.

En cuanto a la importancia económica del sitio arqueológico Tamuda, que abrió sus puertas al público en 2011, el funcionario destacó que contribuye a lograr un desarrollo local sostenible y a concienciar sobre la riqueza del patrimonio arqueológico que se muestra en la región, a través de la celebración de alianzas con instituciones educativas públicas y privadas, con el objetivo de organizar talleres en beneficio de los estudiantes para acercarlos a la historia del yacimiento, así como de los restos arqueológicos, y darles a conocer las técnicas y métodos de investigación arqueológica y de la conservación del patrimonio arqueológico.

Moujoud destacó la necesidad de la participación activa de las diversas administraciones de la región, especialmente de las administraciones locales, autoridades e instancias superiores, en proyectos de desarrollo destinados a dar un nuevo impulso para la valoración de las potencialidades arqueológicas y culturales de esta joya única.

Texto: Jesús Cabaleiro