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La Plaza de Toros de Tánger requiere más presupuesto para su rehabilitación

Las obras de restauración de la Plaza de Toros de Tánger requerirá una cantidad adicional de veinte millones de dírhams (1,8 millones de euros), elevando el valor total de los fondos asignados al proyecto a setenta millones (6,5 millones de euros) de los cincuenta millones (4,68 millones de euros) inicialmente previstos.

Los veinte millones de dírhams (1,8 millones de euros) adicionales serán aportados, quince millones (1,4 millones de euros) por el Consejo Regional Tánger-Tetuán-Alhucemas y los otros cinco (468.432 euros) por la Comunidad Urbana (Ayuntamiento) de Tánger.

Según lo dispuesto en el anexo modificado del acuerdo de colaboración relativo a la restauración y rehabilitación de la Plaza de Toros, el Consejo de la región Tánger-Tetuán-Alhucemas aprobó, en su última sesión ordinaria, la asignación de quince millones (1,4 millones de euros) adicionales para este proyecto, después de haber decidido aportar una dotación financiera similar, en el marco del acuerdo original, elevando el coste total de su contribución a un total de treinta millones de dírhams (2,8 millones de euros).

La Comunidad Urbana (Ayuntamiento) de Tánger, también aprobó aumentar su contribución a la financiación de este proyecto con cinco millones de dírhams (468.432 euros) adicionales, elevando su dotación total para este fin.

El proyecto de rehabilitación, con un valor económico es fruto de un acuerdo de colaboración entre la wilaya de la región Tánger-Tetuán-Alhucemas, el Consejo Regional, la Agencia para la Promoción y el Desarrollo de las Provincias del Norte y la Comunidad Urbana (Ayuntamiento) de Tánger.

El proyecto de rehabilitación de la Plaza de Toros de Tánger incluye la transformación del emblemático lugar con huella española, en un espacio de dinamización económica, cultural y artística, y un mirador al aire libre dedicado a la reactivación de diversas artes.

Contará con una capacidad para 7.000 localidades, además de una sala de exposiciones , restaurantes, tiendas culturales y otras instalaciones, además del arreglo exterior.

La Plaza de Toros estará rodeada por un espacio público compuesto por aparcamientos, equipamientos urbanos, una fuente y plaza pública, con capacidad para 120 personas, así como un espacio expositivo al aire libre.

El coso taurino, más conocido por los tangerinos como ‘Plasa Toro’, es considerada uno de los hitos patrimoniales más importantes de Tánger. Esta enorme plaza fue construida en 1950 para ser un escenario taurino, una tradición que era popular en la época.

La actual rehabilitación, iniciada a finales de 2021, tiene como objetivo revivir este hito histórico y devolverle su condición de espacio vital que combina cultura, arte y economía, preservando al mismo tiempo la memoria y el patrimonio de la ciudad.

Historia

La plaza de Tánger, construida en la carretera de Tánger a Tetuán, fue un proyecto de la empresa española Ingeniería y Construcción SA, concebido por dos empresarios Jalid Raisuni y José Beneish, además del ingeniero Francisco Rodrigálvarez López.

La primera piedra se colocó el 24 de febrero de 1949, en la época del Tánger internacional (1923-1956) con representación entonces del Consulado de España y de la administración internacional que gobernaba Tánger, y fue bendecida por el padre franciscano, Buenaventura Díaz (1885-1949) poco antes de su muerte.

Tenía una capacidad para 13.013 localidades y disponía además de cuadras de caballos, corrales, almacenes, toriles, quirófano, enfermería, capilla, baño, sala de toreros y una vivienda para el conserje. Entre los accionistas principales figuraban Moulay Ahmed Rissouni, ‘caïd’ (gobernador) de Larache.

Su inauguración, tuvo lugar el 27 de agosto de 1950 con un cartel de excelentes maestros del arte taurino, como Agustín Parra 'Parrita' (1924-1994), José María Martorell Navas (1929-1995), Manuel Calero Cantero ‘Calerito’ (1927-1960) y con toros de la ganadería de Fermín Bohórquez (1933-2016).

Era un domingo de agosto, un día inolvidable, toda la ciudad estaba paralizada, kilómetros de atascos de tráfico que se dirigían a la plaza, vendedores, periodistas, espectadores y curiosos, todos estaban allí. Los espectadores asistían de todas las ciudades, de forma que se aumentaron las frecuencias de los trenes, los autobuses y barcos incluso se organizó un vuelo especial entre Gibraltar y Tánger. Se agotaron las entradas, por lo que 11.500 personas se vieron obligadas a asistir a su apertura desde los jardines exteriores.

Los primeros años vieron el aumento de las corridas, un total de ocho en 1950, doce en 1951 y catorce en 1952.

En la actividad de aquellas tardes taurinas pasaron varios ilustres toreros como Ángel Peralta (1926-2018), Juan Belmonte Fernández, Pepe Luis Vázquez (1921-2013), Luís Miguel Dominguín (1926-1996), Julio Aparicio Martínez, Manuel Benítez ‘El Cordobés’, Antonio Ordóñez (1932-1998) y Pepín Martín Vázquez (1927-2011), entre otros.

Fueron igualmente numerosos los españoles residentes en Tánger que tentaron a la suerte en el coso tangerino, como Pepito Medina, Luis Álvarez 'El Andaluz' y Jesús Cañizares.

Algunas de las principales anécdotas, fue ver torear a una mujer, Conchita Cintrón (1922-2009), cuando en España aún estaba prohibida la participación del sexo femenino en el mundo del toreo, el espectáculo infantil del conocido ‘bombero torero’, o que el rey marroquí Mohamed V (1909-1961), abuelo del actual monarca Mohamed VI, asistió de incógnito a una corrida.

La independencia del país en 1956 hizo parar el espectáculo y se cerró el 12 de julio de 1970, cuando nuevos promotores madrileños, los hermanos Lozano, abrieron de nuevo la puertas del coso a las corridas hasta el 4 de octubre del ese mismo año, con la intervención de ‘El Cordobés’ en la última corrida de esta plaza.

Con el paso de los años, y tras la independencia de Marruecos en 1956, la plaza de toros de Tánger fue decayendo y deteriorándose el inmueble, pasó entonces por un periodo de abandono, con partes de la misma sufriendo daños.

Tras dejar su función taurina en 1970, sirvió como sala de espectáculos, ring de boxeo y sala de conciertos, hasta un centro de internamiento de inmigrantes subsaharianos a finales de los ochenta y principios de los noventa del pasado siglo, antes de caer en el abandono.

El coso taurino pasó a propiedad del Ayuntamiento de Tánger, tras serle cedido por un establecimiento bancario, en 2003.

Texto: Jesús Cabaleiro