La Sqala de Casablanca, patrimonio de la ciudad
La Sqala es uno de los lugares míticos y protegidos de la capital económica marroquí, Casablanca, esta joya arquitectónica enclavada tras las murallas, antiguo bastión de la histórica medina y con vistas al Océano Atlántico.
La Sqala es una fortaleza con cuatro kilómetros de murallas, un bastión del siglo XVIII frente al mar, en concreto en 1770, realizado por el sultán Mohamed Ben Abdellah, Mohamed III (1710-1790) del que se decía que tenía su trono sobre su caballo por las guerras que emprendió.
Mohamed III había encarcelado a un alumno del arquitecto urbanista militar, Sébastien Le Prestre de Vauban (1633-1707), que se llamaba Théodore Cornut (1700-1750), que había realizado varios trabajos sobre el concepto italiano de sqala (escalera) y que diseñó la obra. Luego, con el paso del tiempo, se urbanizó para encerrar y proteger la medina.
El sultán, a quien se le atribuye la modernización de la urbe, transformó Casablanca de pueblo a ciudad.
La entrada arqueada conduce a escaleras de izquierda a derecha, lo que da el origen a la palabra sqala (escalera). Hay cañones del siglo XVIII apuntando hacia el mar en la explanada donde se pueden observar las almenas. Después de un tiempo abandonado a partir del año 2000 se recuperó este espacio para la ciudad, convertiéndose con el tiempo en un patrimonio histórico.
Café Moro
También es conocido por la presencia en su parte trasera del café Moro o árabe que alberga un restaurante de cocina típica marroquí, con un menú, muy variado, donde se ofrecen multitud de platos y combinados. Es un lugar con una gastronomía marroquí excepcional.
El local ofrece una rica y variada oferta de tajines, cuscús y pastelas de todo tipo. El jardín andalusí de la casa recibe a los clientes para una cena con sonidos orientales.
En su parte dulce, ofrece sus pastelas, fondue, cuernos de gacela, harcha (panes de sémola aplanados), tés arabescos, cafés y otros e incluso sus tortitas marroquíes (bagrir)… Por el lado salado: briouates de pollo, kefta (carne picada), brochetas, kemia (surtido de tapas o aperitivos morunos), tajines de cordero, pollo Beldi, Mechoui (cordero asado), Tanjia (guisado de carne)...
También hay pescado, gambas a la plancha, se ofrece por la noche el iftar también conocido como ftour (comida nocturna después de la puesta del sol) habitual en el Ramadán.
Se organizan regularmente eventos culturales, exposiciones, desfiles de moda, veladas musicales, encuentros regionales destinados a la artesanía, o incluso la gastronomía de diferentes ciudades.
La Asociación Sqala también está involucrada en el proyecto de rehabilitación de la antigua medina de Casablanca, albergando diferentes actividades de fomento social y cultural y otras, por ejemplo, se hizo un acto para concienciar sobre la enfermedad del Alzheimer.
La Cámara Urbana (Ayuntamiento) intentó recuperar este patrimonio desde hace diez años pero la empresa que lo explota, Restopro, no lo ha permitido ya que tan solo paga 750 dírhams (70 euros) mensuales de alquiler.