Uezán quiere promocionarse como destino turístico
Uezán es una de las ciudades más antiguas de la región de Tánger-Tetuán-Alhucemas y ahora está promoviendo una campaña de promoción turística bajo el lema ‘Nos vemos en Uezán’.
La iniciativa tiene como objetivo que la ciudad Dar Dmana presente sus potencialidades turísticas, históricas, religiosas, culturales y naturales.
Y es que en su tiempo fue llamada la ciudad olvidada y en el sufismo se la conoce como Dar Dmana, también como la ciudad de los 44 santos, por los que están enterrados en la localidad.
Los responsables de la propuesta abogan por unir a la población con esta propuesta para invertir en el patrimonio histórico y que se convierta en un destino cultural, religioso y ambiental dentro de Marruecos.
Se quiere profundizar en la rehabilitación de su histórica medina y de sus barrios además de destacar su artesanía tradicional. Se calcula que hay unos 5.000 artesanos en la localidad.
Uezán es una localidad que cuenta con algo más de 59.000 habitantes. Está rodeada de olivos siendo un elemento característico de la localidad y por el cual se pintan las casas de color verde y blanco.
Es capital espiritual del sufismo y dispone de varios morabitos, entre ellos el líder del sufismo, Cherif Moulay Abdellah (1596-1678), procedente de la dinastía idrissi, fundador de la llamada Zauiya Ouzani, que fallecíó en 1678 y fue enterrado en Uezán.
El místico sufí eligió establecer la Zauiya de Tabiya, que se conoció como Zauiya Ouzani, después de que su resplandor excediera los límites de las tribus Jebala para llegar a varias regiones de Marruecos. Se ubica en la ladera Jabal Bouhlal.
La Gran Mezquita, que llevaba el nombre del fundador de la Zauiya, después de que fuera enterrado allí, se convirtió en lugar de peregrinación para los grandes sufíes, ascetas y eruditos durante siglos y un faro de las ciencias religiosas y seculares.
La mezquita Cherif Moulay Abdellah, en su forma cuadrada, se encuentra en el medio de la medina.
También se recuerda el caso de Moul Anrhaz, nombre de Imran Ben Diwan, rabino judío del siglo XVIII que vivió en la ciudad y cuya tumba se asocia con leyendas milagrosas. La ciudad acogió a judíos huidos de España desde el siglo XV.
En la memoria de los marroquíes, se la asocia con la santidad y bendición, en una especie de respaldo y sumisión a su fuerza espiritual.
Uezán continúa imponiendo su resplandor religioso a través de la puerta del turismo religioso con foros internacionales sobre el sufismo y el canto sufí.
Texto: Jesús Cabaleiro