Un relato tetuaní: algo hecho con buen propósito
Cuenta una antigua historia que una pequeña ciudad estaba rodeada de fértiles campos y verdes pastos que agradaban a sus habitantes. Un año cayeron abundantes lluvias lo que les colmó de bondad y bendiciones.
Cuando llegó la primavera, los rebaños de ganado pastaban en esos campos de hierba de acuerdo con la naturaleza, por lo que las vacas producían abundante leche.
Debido a la abundancia de leche en la ciudad, uno de los consejeros propuso la idea de que cada cabeza de familia donara una cantidad de leche que sería colocada en un tanque grande, para poder extraer mantequilla, ‘ghee’ (en árabe, سمنة samnah, especie de mantequilla clarificada usada para cocinar) y queso en previsión del invierno, estación en la que los pastos quedan desiertos, la hierba muere y la leche se agota.
Durante la asamblea general en medio de la pequeña plaza de la ciudad, todos aprobaron y elogiaron la idea, y se comprometieron a que cada uno de ellos entregaría una cantidad de leche al tanque común en beneficio del interés público.
Cuando cayó la noche y todos se fueron a la cama, la duda se filtró en el corazón de uno de ellos, y se dijo, apoyando la cabeza en la almohada:
-“¿Y si pongo un poco de agua en el tanque de la ciudad en lugar de mi cuota de leche? El agua no dañará el tanque, y si toda la gente de la ciudad pone su cuota de leche, habré matado dos pájaros de un tiro. Me quedaré con la leche fresca en primavera, y compartiré con ellos el ghee, la mantequilla y el queso durante el invierno”.
Después de esta reflexión, este hombre se fue a dormir pensando que era listo y embaucador, no sabiendo que todos los habitantes de la localidad, excepto el buen hombre que propuso la idea, estaban poseídos por el egoísmo, y se les ocurrió la misma idea, por lo que, a su vez, decidieron poner agua en lugar de leche.
La conclusión de esta historia es que la proporción de leche pura y sin adulterar que este hombre justo y de buenas intenciones puso en el tanque común se perdió frente a los litros de agua.
Dice un refrán o proverbio: "Una golondrina solitaria no significa la llegada de la primavera".