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Beliones, encantadora localidad junto a Ceuta

A escasos siete kilómetros de la ciudad autónoma de Ceuta se encuentra la villa rural de Beliones, también conocida como Bullones, una joya escondida en el norte de Marruecos, donde naturaleza e historia se fusionan para crear una vista impresionante.

Al acercarse a este encantador pueblo, el visitante siente como si estuviera entrando en un mundo diferente, donde hay paz, tranquilidad y una belleza natural inigualable.

Beliones es diversa, desde verdes montañas que rodean el pueblo que se elevan como si la protegieran del tiempo, hasta valles que fluyen con agua dulce fluyen para irrigar las densas plantas y árboles que hacen que el lugar parezca una pintura artística a la perfección. pintado por la naturaleza.

Los altos árboles y los densos bosques crean un refugio seguro para muchas especies de aves y animales salvajes, lo que hace de Beliones un verdadero paraíso para los amantes de la naturaleza y los exploradores de vida silvestre.

Las doradas playas de Beliones añaden un toque mágico a esta joya natural. La arena fina se extiende a lo largo de la costa, mientras que las aguas cristalinas de color turquesa reflejan los rayos del sol para crear una vista impresionante.

Los visitantes pueden disfrutar de un día tranquilo bajo el sol, nadar en las cristalinas aguas e incluso practicar diversos deportes acuáticos. Las tranquilas olas del Mediterráneo susurran historias, invitándote a relajarte y contemplar el esplendor de este lugar.

Pero Beliones no es sólo una belleza natural; También es un lugar rico en historia y cultura. El juez Ayyad (1083-1149), gran imam y cadí en el emirato de Granada, describió esta tierra como “donde se cultivan todo tipo de frutos”, destacando su fertilidad y riqueza agrícola. También señaló que era un ″paraíso, su camino atraviesa el cielo. Es como el paraíso de la eternidad que nadie puede ver”.

Esta descripción refleja su realidad circundante, que siempre ha sido famosa por sus diversos productos agrícolas, desde frutas frescas hasta suculentas verduras que crecen en el fértil suelo.

Se puede sentir el aroma de la historia llenando el aire. Los aldeanos cuentan viejos cuentos y leyendas locales que se transmiten de generación en generación, lo que brinda a los visitantes un profundo sentido de conexión con el pasado. Las casas tradicionales construidas con piedra, las antiguas mezquitas y los mercados locales que venden artesanías y productos locales reflejan un rico patrimonio y una histórica cultura.

Los dirigentes de Al Andalus en la Edad Media, como Almanzor (939-1002) solían ir a Beliones, e incluso mandó allí construir una residencia para descansar y deshacerse de las presiones del gobierno y la política. La naturaleza pintoresca y la atmósfera tranquila proporcionaban un refugio seguro lejos del ajetreo y el bullicio de la corte califal y las complejidades de la vida política.

Así, encontraba un lugar donde relajarse y meditar, lo que ayudó a renovar energías y recuperar la actividad guerrera y política.

Los visitantes también disfrutan practicando deportes y actividades. El montañismo y el senderismo por senderos naturales que atraviesan bosques y valles brindan la oportunidad de disfrutar de impresionantes vistas panorámicas que revelan la belleza de la zona desde diferentes ángulos. Acampar bajo un cielo lleno de estrellas, en medio de la tranquilidad de la naturaleza y el sonido del viento entre los árboles, añade otra dimensión a la experiencia de visitar Beliones.

Beliones, situada a las faldas del monte Jebel Musa (monte de la Mujer Muerta) se considera un destino turístico distintivo gracias a su entorno natural y riqueza cultural. Es el lugar ideal para escapar del bullicio de la vida diaria y disfrutar de momentos de calma y contemplación en el regazo de la naturaleza.

Los que buscan relajarse en playas doradas, aventurarse en las montañas y bosques, o explorar la historia y la cultura, tienen todo lo que se pueda desear.

Beliones no es sólo un pueblo del norte de Marruecos. Es una experiencia de vida única que lleva a un viaje, a través del tiempo y la naturaleza, y hace darte cuenta que la verdadera belleza se encuentra en las cosas más simples y naturales.

Cada rincón de Beliones cuenta una historia, y cada escena susurra el lenguaje de la belleza y la tranquilidad, lo que lo convierte en un verdadero “paraíso de Dios en la tierra”, como lo describió Sharif Al-Idrissi.

Esta villa rural cuenta actualmente con 5500 habitantes. Durante la etapa del Protectorado español, de 1912 a 1956, familias españolas de la península y Ceuta se asentaron en la localidad.

De esa época quedan los restos de la ballenera industrial que empezó a funcionar en 1947, conocida como ballenera de Benzú por la cercanía de la pedanía ceutí, que es considerada patrimonio histórico industrial y cultural.

Texto: Jesús Cabaleiro