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El Agujero del Diablo, la cueva atlántica en Ajfennir

El llamado Agujero del Diablo es un fascinante paraje natural, en forma de cueva moldeada por las poderosas olas del Atlántico, a lo largo de los siglos.

Ubicada a escasa distancia de la localidad de Ajfennir, al sur de Marruecos, también es conocida como Ajb Allah (maravilla de Dios), caracterizada por sus formaciones rocosas únicas habiendo inspirado mitos populares.

También se asegura que fue hogar de la foca monje del Mediterráneo durante mucho tiempo.

Las playas a lo largo de la costa de Tarfaya, ciudad cerca del cabo Juby, es ideal para visitar entre octubre y abril. Las temperaturas más frescas de estos meses la hacen un destino ideal para realizar actividades al aire libre y disfrutar del paisaje.

Del mismo modo, se pueden observar aves migratorias que hacen escala en la zona, buscando condiciones climáticas y hábitats adecuados, tanto para su supervivencia y alimentación, como para la reproducción y el nacimiento de sus crías.

Unos dos kilómetros al norte de la localidad de Ajfennir, se encuentra el Parque Nacional de Jenifiss (creado en 2006) y el parque eólico Tarfaya-Ajfennir, los visitantes pueden descubrir un fascinante sitio natural: un agujero gigante en un acantilado cerca de la playa, que ofrece la vista de un segundo punto de mar más pequeño debajo, con agua y olas suaves.

Es un fenómeno natural conocido como el Agujero o Brecha u Hoyo del Diablo, aunque los lugareños lo llaman Ajb Allah (milagro de Dios o maravilla de Dios, en árabe).

Es realmente una maravilla. A lo largo de los siglos, la cueva se ha moldeado por el movimiento de las poderosas olas del Atlántico y por la erosión. Este paisaje recuerda a la cueva de Benagil, en el región portuguesa del Algarve, pero sin tantos visitantes y turistas.

La cueva es definida como "hermosa y misteriosa", con un acceso muy abierto, que conduce a un laberinto intrigante. Algunos llevan una linterna para explorar formaciones rocosas, estalactitas e incluso un inusual cueva de murciélagos, con una clara advertencia de tener cuidado por donde se pisa.

El Agujero del Diablo es un abismo natural de unos 30 metros de diámetro, conectado con el Atlántico, mediante un impresionante arco esculpido. La zona está rodeada de barreras para evitar accidentes. El lugar también es accesible desde el mar, a través de la puerta en forma de arco dibujada por las incesantes olas del Atlántico.

El Agujero Ajb Allah, es un sitio geológico nacido como resultado de factores naturales de inducción temporal, conectándolo con el Océano Atlántico, con una profundidad aproximada de treinta metros, lo que permite la combinación de agua salada y dulce que se infiltra a través de pequeñas precipitaciones por todo el territorio. La cueva marina, está ligada a los factores del tiempo y a la calidad de las rocas.

Los expertos han sugerido que la cueva ha sido el hogar del foca monje del Mediterráneo (Monachus monachus), una de las poblaciones aisladas en zonas como el Mar Egeo y Cabo Blanco en el noreste.

De hecho, un estudio encontró que se han reportado avistamientos aislados a lo largo de la costa atlántica marroquí, pero no se ha documentado de forma permanente entre Agadir y Tarfaya desde los años 1940, y hasta los años 1970.

Hay que recordar que Ajnnefir desde 1916 hasta 1958 tuvo presencia española.

El Agujero del Diablo ha inspirado a lugareños y visitante con mitos y leyendas en torno a esta impresionante maravilla natural. Una leyenda apunta que era por el ascenso de columnas de humo o de hogueras que realizaban los viajeros para calentarse y cocinar. Algunos incluso señalan que la forma del sitio se debió a la caída de un meteorito.

Texto: Jesús Cabaleiro