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Sociedad

Campaña en Marruecos para luchar contra los vinos y bebidas adulteradas

Desde finales del pasado mes de agosto, las autoridades marroquíes llevan una campaña masiva para combatir los vinos adulterados o caducados que ofrecen los restaurantes y bares de varias ciudades. La operación ha tenido como resultado la detención de algunos de sus más importantes promotores y el cierre de varios restaurantes.

En el marco de esta campaña, las autoridades llevaron a cabo 417 operativos sorpresa de vigilancia en varias ciudades marroquíes entre el 31 de agosto y el 22 de septiembre, que permitieron incautar más de 1,2 millones de botellas de alcohol, cerrar 87 restaurantes y detener a 45 personas, según la Dirección General de Seguridad.

La ley teóricamente prohíbe la venta de alcohol a los musulmanes que constituyen la gran mayoría de la población de Marruecos, cuya Constitución también establece que el Islam es la religión del estado. En realidad, sin embargo, la situación es completamente diferente, ya que es fácilmente disponible comprar bebidas alcohólicas en las tiendas o conseguirlas en bares o restaurantes en varias ciudades del país.

Marruecos  cuenta con miles de hectáreas de viñedos que producen millones de botellas de vino anualmente para consumo local o exportación, muchos de los cuales con Denominación de Origen y premiados internacionalmente.

Los medios marroquíes denominaron a esta campaña ‘Manos Blancas’ u ‘Operación Baco’, en honor al dios del vino en la mitología romana, que tenía como objetivo incautar vinos falsificados, así como los importados ilegalmente del exterior, así como depósitos clandestinos.

Cerca de 12 restaurantes fueron cerrados en Tánger debido a estas operaciones de vigilancia.

También en Tánger, cuatro tiendas que vendían bebidas alcohólicas donde resultó una incautación de 2.263 botellas de estas bebidas con sellos aduaneros que no se ajustan a las normas legales, y otras 10 botellas sin ningún sello aduanero, además de la incautación de 556 botellas de cerveza y 291 botellas de refrescos, todos caducados.

Desde entonces, ha continuado la vigilancia de restaurantes llevada a cabo por la policía, las aduanas y los servicios de salud en la administración local de varias ciudades.

La crisis por la pandemia afectó de muerte a restaurantes, pubs nocturnos y cafés, ya que muchos de ellos fueron cerrados, luego de una parada de emergencia debido a la cuarentena de tres meses y las restricciones impuestas después del confinamiento, así como el continuo cierre de las fronteras desde marzo que ha motivado la ausencia de turistas extranjeros.

Texto: Jesús Cabaleiro