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El Ensanche de Tetuán, hito arquitectónico en peligro

La transformación del barrio del Ensanche de Tetuán, conocido como Al-Insanshi, ha provocado un amplio debate en la ciudad de la Paloma Blanca, después de que se reflejara una clara ausencia de visión integrada en la gestión del patrimonio urbano.

A pesar de su valor histórico y patrimonial como uno de los barrios más importantes construidos en el periodo del Protectorado Español (1912-1956), hoy se enfrenta al abandono y pérdida de su identidad.

El barrio, se extiende desde la calle Mauritania hasta la plaza Mulay Mehdi y la calle Argelia, y fue durante décadas un referente urbano distintivo, con sus elegantes edificios residenciales e instituciones de estilo español.

Sin embargo, recientes intervenciones, en particular en la plaza El Jala (antigua Plaza España), punto de conexión con la medina, han suscitado fuertes críticas de la oposición que las llegó a calificar de "crimen urbanístico".

Se eliminaron elementos artísticos históricos y se reemplazaron por elementos nuevos que se consideran incompatibles con la estructura original, colocando instalaciones de piedra como al azar, que amenazaban la seguridad de los transeúntes.

El abandono se extiende también al pasaje de Dar al-Ra'i, que tiene importancia histórica pero que ahora se ha convertido en un espacio desierto y plagado de prácticas inapropiadas, ante la falta de una intervención clara de las autoridades locales.

Aunque el Ministerio de Cultura ha clasificado el barrio como parte del tejido histórico de Tetuán, este reconocimiento no se ha traducido en medidas prácticas ni programas eficaces para proteger el sitio y preservar su memoria visual y cultural.

Inclusión como Patrimonio Nacional

Hay que recordar que en 2015, el Ensanche fue declarado Patrimonio Nacional de Marruecos, y en 2022 comienzan los trabajos para solicitar la ampliación de la Declaración de la Unesco de 1997, que otorga a la Medina de Tetuán, Patrimonio de la Humanidad.

El Ensanche de Tetuán, constituye el mejor ejemplo del urbanismo español en la zona norte marroquí. En 1914 se pone en marcha el Reglamento de Edificaciones del Ensanche, que propició el inicio de las obras de la nueva ciudad, entendida no como algo aislado y separado del resto, sino como una continuación de la ciudad existente, la Medina, adaptándose e imbricándose con el entramado urbano antiguo.

En su diseño trabajaron arquitectos como Carlos Ovilo (1883-1954), que dejaron su impronta en edificios singulares, como la casa Francisco Picayo Rivera (actual sede del Instituto Cervantes de Tetuán), el antiguo hotel Reina Victoria, el Casino español o los jardines y fuentes de la Escuela de Artes y Oficios, frente a la puerta de Bab Oqla, en la medina.

En un trazado urbano en el que se mezclan diversas tendencias y estilos, son perfectamente reconocibles: el Movimiento Moderno, la arquitectura franquista, los estilos con influencias regionalistas -tendencia de moda en la Andalucía del momento-, pasando por elementos neomozárabes, historicistas o neoherrerianos.

La Medina y el Ensanche de Tetuán constituyen un ejemplo excepcional de interacción entre dos modelos urbanos, que dan a la urbe un carácter monumental perfectamente reconocible y único.

En 2023, la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) y la Universidad de Sevilla (US) con la colaboración de la Fundación Tres Culturas, organizó un curso de verano titulado 'El Ensanche español de Tetuán: patrimonio común, patrimonio de la humanidad'.

Texto: Jesús Cabaleiro