Los diarios de papel tienen pérdidas de 100 millones de dírhams al mes por la pandemia
La pandemia del coronavirus profundizó las heridas de la prensa de papel en Marruecos frente a los contenidos digitales, que provocó que el público se alejara gradualmente de los diarios tradicionales.
Con las medidas contra la pandemia la prensa de papel estuvo parada dos meses, con lo que se proporcionaron entonces copias en PDF para la descarga gratuita, lo que unido al cierre de cafés provocó que las empresas detuvieran su ingreso de ventas de ejemplares.
Se considera que los cafés son los primeros clientes de periódicos en papel aunque generan dudas entre los editores ya que proporcionan la lectura gratuita a los clientes.
En conjunto, la venta de periódicos marroquíes en papel no superan las 200.000 ejemplares, aunque los lectores de periódicos son más, dada la difusión de la cultura de leer los periódicos en los cafés.
Con el cierre, los editores descubrieron que los cafés, que eran, para los editores, una molestia, eran a su vez, las principal fuente de lectores para los periódicos marroquíes.
El director del semanario Al Ayam, Noureddine Miftah declaró: “En los primeros dos días tras el cierre de los cafés se descubrió que abarcaban el 85 por ciento de los lectores de diarios de papel”
Añadió: “Si suponemos que cada periódico en un café lo leen diez lectores, esto significa que hay dos millones de lectores de diarios marroquíes que no pagan su precio, excepto los 200.000 que los pagan, por lo que 1.800.000 lo lee gratis”.
Según Miftah, esta situación hace que las empresas de prensa lo tengan más difícil que otras ya que la pandemia “ha sido más catastrófica y dañina en la prensa que en otros países del mundo”.
Prosiguió: “La mayoría de los lectores de periódicos en Marruecos los leen de forma gratuita, a pesar de las que las empresas son privadas y no públicas, esta situación no existe en otros países”.
Se estima que los periódicos marroquíes durante la pandemia del coronavirus perdieron 100 millones de dírhams (91.790 euros) por mes, calculando la disminución por los ingresos de ventas y publicidad, según las estimaciones del marroquí Consejo Nacional de Prensa (CNP).
Ante estas pérdidas algunas empresas se vieron obligadas a disminuir los salarios de los periodistas, ya que Miftah, quien es presidente del comité de apoyo de las contrataciones del CNP, dijo que decenas “de empresas congelaron los sueldos de los periodistas y redujeron sus salarios en tasas que oscilaron entre el 10 y el 50 por ciento dentro de los tres meses del inicio de la crisis”.
Añadió que no se informaron de incidentes relacionados con los despidos de periodistas o que perdieron el trabajo y “el horizonte es muy difícil”.
Según el director del semanario Al Ayam, el “modelo clásico dependía de la publicidad y venta que se desarrolló de forma relativa. Los diarios establecieron páginas web que les pertenecían, con un equipo independiente, pero esta diversificación chocó con la disminución en el precio de los anuncios en periódicos electrónicos siendo la mayoría de los anunciantes, un 80 por ciento”.
Algunos diarios como Akhbar Al Yaoum, han probado la experiencia de la suscripción digital pero esta experiencia choca con numerosos obstáculos.
El director del diario Akhbar Al Yaoum, Younes Masskine, atribuyó el fracaso de la suscripción digital en la prensa marroquí a “obstáculos culturales en lugar de obstáculos económicos”.
Masskine añadió: “El primero de los obstáculos es la baja tasa de lectura en general, ya sea en prensa o en otros modelos” además “el sistema de la empresa de prensa, de instituciones, medios y compañías de distribución no ha relacionado una relación directa con el lector”.
Así, “con la excepción del afiliado del partido que está vinculado orgánicamente al periódico que representa a su partido político, sin instituciones y medios independientes no se puede lograr el éxito al crear un vínculo directo con los lectores”, una situación que hizo de los periódicos “sean rehenes de las fluctuaciones del mercado con una capacidad debilitada para resistir la competencia de los diarios electrónicos”.
Debido a esta situación “la llegada de la pandemia del coronavirus dejó a la mayoría de los medios de comunicación sin otra opción que trabajar a base de gratuitos, esperando que se volviera a la distribución tradicional”.
Noureddine Miftah añadió otros elementos a estos obstáculos incluyendo “la pobre cultura de la prensa digital entre los marroquíes, el predominio de lectura gratis incluso los periódicos de papel en los quioscos, y luego la falta de una cultura de participación en general, a diferencia de otros países que habían desarrollado esta cultura antes de la propagación de internet”
Younes Masskine no da grandes esperanzas de fortalecer la venta de la prensa digital, debido al coronavirus, ya que afirma que la pandemia “no ayudará mucho en el desarrollo de la cultura de la suscripción, porque tal vez sea demasiado tarde y no se puede empezar desde cero en una circunstancia excepcional como esta que se está viviendo”.
Añadió: “Incluso las experiencias de participación actualmente en vigor en algunas plataformas de medios se presentan como marginales, y no se han dedicado a ellas para fortalecerlas, especialmente las políticas de marketing”.
El asunto difiere un poco para Noureddine Miftah ya que ve que con la pandemia “los periódicos experimentaron con las copias electrónicas en PDF con las que el lector se familiarizó, es necesario aprovechar esta experiencia y avanzar en ella, además de vender diarios en los quioscos”.
Miftah añadió: “sin embargo, el horizonte se presenta muy difícil y nunca volveremos, con todos sus defectos, a las mismas ventas anteriores”.
Texto: Jesús Cabaleiro