Manifiesto de periodistas marroquíes contra los medios difamatorios
El jueves 16 de julio, se hizo público un manifiesto-tribuna firmado por 110 periodistas marroquíes. Provenientes de la prensa francesa y árabe, estos periodistas denuncian las campañas de difamación lanzadas por ciertos medios, "tan pronto como se procesan a periodistas y activistas independientes. Las autoridades siguen una voz crítica, ciertos sitios y periódicos se apresuraron a escribir artículos difamatorios, sin ninguna ética profesional, incluso violando las leyes que organizan la prensa en Marruecos", se puede leer en el manifiesto.
Por este motivo, estos periodistas profesionales envían un manifiesto "a las autoridades públicas, al ministerio responsable de los medios y la comunicación, al Consejo Nacional de Prensa, a las organizaciones y estructuras sindicales de la prensa y los medios de comunicación en Marruecos, así como al Grupo de Anunciantes de Marruecos”.
Para el ministro responsable, Othman El Ferdaous, los 110 periodistas solicitan "condicionar la concesión del subsidio estatal al respeto de la ética profesional y excluir de él, a los sitios y periódicos involucrados en casos de difamación, en consulta con el Consejo Nacional de Prensa". Además, con "medidas disciplinarias y de exclusión contra periodistas y medios de comunicación que han participado en prácticas difamatorias o abusivas contra las personas" que se solicitan al Consejo Nacional de Prensa (CNP).
Para esto, se requiere de este mismo organismo que adopte "informes nominales sobre el incumplimiento de las normas y la ética de la profesión de periodista", todo mientras notifica de antemano a los organismos interesados y les pide que retiren los artículos polémicos y la publicación de disculpas.
Las organizaciones de prensa y las estructuras sindicales en Marruecos también deben adoptar una posición firme en la prensa difamatoria, sin olvidar enviar a sus miembros cartas para recordar el cumplimiento de la ley de ética profesional.
Finalmente, el manifiesto también se dirige al Grupo de Anunciantes de Marruecos (GAM) que, como financiador de la prensa, debe establecer "estándares de calidad orientados a la protección de los lectores, y no únicamente sobre el criterio de cómputo de lectura". Para los firmantes del manifiesto, "apoyar a una prensa indigente, que no respeta la ética profesional, solo porque atrae a un mayor número de lectores, contribuye a enterrar a la prensa seria e indirectamente a participar en operaciones de difamación, calumnia e insulto".
La publicación de este manifiesto llega en un momento en que la prensa difamatoria está alcanzando proporciones preocupantes: con el periodista Omar Radi que ha pagado el precio, siendo blanco de empresas de prensa que no dudaron en arrastrarlo por el lodo, con artículos de una inusitada violencia y con una serie de cargos sujetos a procedimientos legales: "espía" o "traidor" que pueden considerarse como llamamientos de odio contra él, además de constituir comentarios difamatorios.
También se debe tener en cuenta que, hasta ahora, no se han presentado cargos contra Radi, y mucho menos una condena. En su caso, el hostigamiento virtual se combina con el físico: la persistencia de un equipo de televisión de ChoufTV, para filmarlo mientras acude a la Brigada de la Policía Judicial Nacional (BNPJ), e incluso cuando lo abandona, o durante la emboscada que fue organizada contra él y su colega, Imad Stitou. Hechos que constituyen amenazas peligrosas a la integridad física de los periodistas así atacados.
Omar Radi no es un caso aislado, los precedentes recientes, como el del director de Akhbar Al Yaoum, Soulaimane Raissouni, dan fe del mismo proceso en el que algunos medios llegan a anunciar su arresto antes de producirse. - Esto no se filma ni se transmite. Otras víctimas de estas campañas también se cuentan entre las filas de activistas y defensores de los derechos humanos, como el historiador Maâti Monjib o el portavoz de Human Rights Watch para la región MENA, Ahmed Reda Benchemsi
Aún más grave, los titulares de prensa responsables de estas escandalosas campañas de difamación están plagados de total impunidad, además de beneficiarse del acceso a datos personales y privados de periodistas y activistas, que no dudan en manipular, descontextualizar y usar contra ellos.
Entre los más de cien firmantes además del propio Omar Radi, se encuentran entre otros, Imad Stitou, Ali Anouzla, Ali Amar, Omar Brousky, Mohamed Ezzouak, Hajar Raissouni, Siham Ghazouli, Driss Ksikes, Khalid Jamaï y Abdellatif El Hamamouchi.
Texto: Jesús Cabaleiro