Tánger enfrenta una cuantiosa multa por el Palacio Alava Esquivel de Vitoria
El Palacio Alava Esquivel de Vitoria, propiedad de la ciudad de Tánger, alcanza una deuda acumulada de más de 283.000 euros como consecuencia de las multas, recargos e infracciones existentes en su mantenimiento.
Esta es la suma de los incumplimientos de la ciudad del Estrecho. La estrategia municipal en Vitoria es que, llegado al máximo de diez sanciones, el Ayuntamiento de la capital vasca podría iniciar el proceso de expropiación del histórico inmueble de la calle Herreria.
A pesar de esta situación, el actual alcalde de Tánger, Mounir Lemouri, no está dispuesto a hacer ninguna acción para que cambie el actual statu quo, según señala la prensa tangerina. Es más, lo considera un tema totalmente menor de su agenda.
Su rehabilitación total se estima en alrededor de un millón de euros, cantidad que es imposible recuperar para Tánger, ni tan siquiera con un proyecto de inversión, tras denegarse en el pasado la licencia para convertirlo en hotel.
Tánger está dispuesto a seguir acumulando multas y sanciones, por lo que va camino de expropiación en beneficio de la capital vasca. De hecho, la ciudad marroquí dejó la gestoría que le llevaba todos los trámites sobre este inmueble.
Aunque en 2018 la prensa marroquí mencionó el posible acuerdo entre Tánger y Marruecos para que la ciudad cediese simbólicamente al reino alauí el palacio y luego este lo cediera al estado español, lo cierto es que la idea no cuajó y está descartada.
El Palacio Álava Esquível es un inmueble actualmente habitado en diez de las 16 estancias, por lo que hay personas que permanecen en alquiler a pesar del grave deterioro del mismo.
La asociación en defensa del patrimonio 'Hispania Nostra' incluyó el pasado mes de abril al edificio en la lista roja por ‘Grave Peligro de Desprendimientos’.
El edificio ubicado en el casco antiguo de la capital vasca está en muy mal estado y lleva más de siete años con redes protectoras externas.
Historia
El Palacio Álava Esquível fue construido en el siglo XV, entre 1488 y 1535. Fue mandado construir por Pedro Martínez de Álava y María Díez de Esquivel, pero se terminó bajo la dirección de su hijo Diego de Álava y Esquivel (fallecido en 1562).
El inmueble ha sufrido muchas modificaciones con el paso de los siglos y se desconoce cuál era su aspecto original.
Es uno de los edificios más emblemáticos del casco histórico vitoriano. Cuenta con un reloj apresado a un navío inglés el 25 de junio de 1782. El reloj aún es visible, aunque se encuentra en mal estado de conservación.
En el siglo XIX sufrió una ampliación y en 1891 se derrumbó parte del ala norte.
El último de sus propietarios fue el Duque de Tovar, Ignacio de Figueroa y Bermejillo (1892-1953), quien, al morir en 1953, cedió todas sus posesiones al entonces Protectorado español en Marruecos. De hecho, un hospital en Tánger lleva su nombre, Duque de Tovar.
Tres años más tarde, en 1956, se crea el Reino de Marruecos y en 1960 la hasta entonces ciudad internacional de Tánger se integra en la nación.
Texto: Jesús Cabaleiro