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Un simposio en Tetuán abordará la figura del viajero tangerino Ibn Battouta

La Asociación Marroquí de Investigadores  organiza un simposio con el lema ‘Ibn Battouta, un viajero excepcional’, mediante convocatoria digital.

Ibn Battouta (1304-1377) será objeto del simposio que se enmarca en el seguimiento de lo que se emite sobre el viaje de la creatividad, el estudio, traducción e investigación.

El encuentro se centrará en el libro ‘Las aventuras de Ibn Battouta: el viajero musulmán en el siglo XIV’, que fue escrito por el escritor e historiador estadounidense, Ross E. Dan de 80 años y traducido por el profesor Ahmed Buhasan.

La asociación señaló, como parte de su información sobre el encuentro, que la importancia de este simposio radica en el interés incomparable que recibió y sigue recibiendo el viaje de Ibn Battouta por Oriente y Occidente.

Añadió que el simposio contará con la presencia del traductor del libro mencionado, Ahmad Buhassan, y los profesores Hussain Seymour y Khaled Majad, mientras que el profesor Nizar Tadjedti será el moderador.

Ibn Battouta, uno de los mayores exploradores del mundo

El jurista y juez marroquí, Ibn Battouta (Shams ad-Din Abu Abd Allah Muhammad ibn Muhammad ibn Ibrahim al-Luwati at-Tanyi) está considerado entre los más grandes exploradores del mundo después de haber viajado sin interrupción durante 30 años.

Ibn Battouta inició un largo viaje desde Marruecos para explorar las vastas regiones desérticas de África Occidental.

Ibn Battouta viajó casi continuamente durante un período de casi 30 años, comenzando su viaje de peregrinación a La Meca, el Hajj, en 1325 y luego continuando  a través de tres continentes.

El viajero tangerino salió de su casa a los 22 años y viajó a 44 países, entre los que se encuentran la actual China y Tanzania, donde recorrió unos 120.000 kilómetros.

En 1352, Ibn Battouta se unió, con camellos y suministros recién comprados, a una caravana que partía en el sur de Marruecos, rumbo al Sahara, su último viaje lo llevó a través del Sahara hasta Mali.

Ibn Battuta escribió en sus diarios de viaje: “Me fui solo, sin un compañero de viaje ni una caravana con quien compartir los momentos de alegría. Por lo tanto, me preparé para dejar a todos mis seres queridos, hombres y mujeres, y abandoné mi casa como los pájaros abandonaron sus nidos”.

Cuando el sultán meriní de Fez, Abu Inan Faris (1329-1358), quiso escuchar las historias de sus viajes, se sorprendió de que  no tomara notas. Luego insistió en que se escribieran sus viajes y asignó al poeta y estudioso andalusí, de origen granadino, Ibn Yuzayy (1321-1357) a trabajar con Ibn Battouta, quien describió, con la recuperación de sus recuerdos, las vivencias que había acumulado durante casi 30 años.

Juntos, escribieron el libro titulado ‘Presente a aquellos que contemplan las cosas asombrosas de las ciudades y las maravillas de los viajes’ o ‘Regalo de curiosos sobre peregrinas cosas de ciudades y viajes maravillosos’, según la traducción que se haga. Es uno de los libros de viaje más conocidos, conocido simplemente con el nombre ‘El viaje’ (“الرحلة” rihla en árabe).

En España su obra se tradujo, ya en el siglo XX como A través del Islam. Ibn Battuta. Una de sus últimas ediciones es con la traducción de Serafín Fanjul y Federico Arbós. Alianza Editorial, Madrid, 2005.

El manuscrito original se encuentra en la Biblioteca Nacional de París.

Ibn Battouta era diferente a los viajeros europeos. Partió de Tánger, en el actual Marruecos, y encarna plenamente el concepto del fundador de la filosofía taoísta, Lao Tse (siglos VI-V adC), quien consideraba que un buen viajero "no tiene planes firmes y no tiene intención de llegar a su destino".

Texto: Jesús Cabaleiro