Marga D’Andurain, la espía francesa que murió en Tánger
Marga D’Andurain (1893-1948) fue una espía francesa que tuvo una vida y muerte convulsa en Tánger. Su nombre está vinculado al espionaje y a misteriosos crímenes.
Esta mujer vivió en Marruecos y Argelia y también en el Masreq, donde comenzó una biografía envuelta en sospechas y crímenes, terminando con preguntas sobre su participación en labores de espionaje a cargo de las autoridades británicas.
La mayoría de sus andanzas tuvieron lugar en países árabes y diferentes historiadores, incluido marroquíes, han seguido su pista basada sobre todo en fuentes occidentales. En España, Cristina Morató noveló su vida en el libro ‘Cautiva en Arabia’ (Editorial Plaza y Janés y Debolsillo, 2009 y 2012). También la televisión francesa hizo una miniserie sobre su vida de cinco capítulos.
Fue conocida como ‘La condesa de los veinte crímenes’, ‘La reina de Palmira’, ‘La Mata Hari del desierto’, ‘La amante de Lawrence de Arabia’, ‘La reina de las arenas' o ‘La amazona del desierto’.
Biografía
Marga D’Andurain fue un personaje de película. Nació el 29 de mayo de 1893 en Bayona, en la zona del País Vasco francés. Su verdadero nombre era Jeanne Amèlie Marguerite Clérisse.
Vivió una infancia de lujo hasta que conoció a los 17 años a un primo, doce años mayor que ella, llamado Pierre D’Andurain, se enamoraron y decidieron casarse en 1909, luego hicieron una larga luna de miel pasando por España, Marruecos y Argelia –entonces, Protectorado francés-. En Tremecén nació su primer hijo, Jean-Pierre, en 1911 antes que una crisis financiera les hiciera volver a Francia donde nace su segundo hijo, Jacques, en 1916.
En 1925 con su marido y dos hijos, haciéndose pasar como los condeses D’Andurain, se desplazan a Egipto y allí en El Cairo, abrió un salón de belleza ‘Mary Stuart’ destinado a mujeres europeas, especialmente a mujeres británicas de la alta sociedad y rápidamente se integró en esta nueva sociedad. Una de las curiosidades es que en Egipto contribuyó a propagar la pelota vasca, la cesta punta, el jai alai en el país árabe.
Entre las personalidades británicas que conoció se encontraba el mayor W.F. Sinclair, jefe de los servicios de inteligencia, quien la acompañó, junto a una dama inglesa, la baronesa Brault, en 1927 a las ruinas de Palmira en Siria, durante el viaje se enamoró de Marga y decidieron estar juntos.
Es entonces en Egipto cuando surge el primer incidente misterioso ya que el comandante británico Sinclair se suicida y entonces se comenta que ella robó varios documentos secretos que poseía.
Posteriormente, con su marido se traslada a Palmira donde compró el único hotel, existente desde 1924, y que rehabilitó. Lo llamó ‘Reina Zenobia’ (en alusión a la reina de Palmira, 240-274, que luchó contra las legiones romanas), poco después surgen problemas con su marido que se enteró que le había engañado con el oficial inglés, por lo que surgió la teoría que era una espía británica que operaba contra su país de origen, Francia.
En 1933 se divorcia de su marido y se casa con un árabe, el Sheij Soleiman El Dekmari, por lo que dijo haberse convertido al Islam, decidiendo visitar los lugares sagrados del Islam, por lo que se desplaza hasta Arabia Saudí, pero su primer intento de ser la primera europea en entrar en La Meca, fracasa porque las autoridades la consideran sospechosa.
Otro misterio en su vida que prosigue cuando se desplaza con su marido a Yeda donde el Sheij Soleiman muere y se especula que Marga fue quien lo mató usando veneno, como resultado de los desacuerdos que surgieron cuando la quiso colocar en su harén, lo que ella consideró que era quitarle su libertad.
En abril de 1933 es acusada de matar a su segundo marido por lo que fue detenida y encarcelada en Yeda donde estuvo tan solo 63 días, gracias a la mediación del cónsul francés, Roger Maigret, que había ejercido antes en Tánger.
Tras escapar de una posible muerte por lapidación en Yeda, regresa a Francia donde escribe en 1934 sus memorias en ‘Le Courrier de Bayonne’ bajo el título ‘La increíble historia de una vasca prisionera y condenada a muerte en Arabia’.
Regresa a Palmira, donde se vuelve a casar con su primer marido, Pierre, pero a los pocos meses, en diciembre, son asesinados su esposo y uno de los empleados del hotel Zenobia. Fueron encontrados asesinados a puñaladas. Su marido recibió 19 puñaladas y se desconocía el motivo del asesinato.
El hotel Zenobia lo terminó vendiendo en 1947. Por sus habitaciones pasaron desde Alfonso XIII (1886-1941) hasta la escritora Agatha Christie (1890-1976) y la periodista de viajes y novelista suiza Annemarie Schawarzenbach (1908-1942). El hotel recientemente fue destruido en la retirada del Daesh de la ciudad (2015-17) que lo había convertido en uno de sus cuarteles generales.
Después de este misterioso asesinato de su marido, ella finalmente vuelve a Francia y se instala en París donde se dedica a la venta de opio y pinturas de forma ilegal cuando estalla la Segunda Guerra Mundial.
Otra nebulosa aparece en esta etapa aunque se considera que fue una espía a favor de los aliados, en especial de Gran Bretaña, incluso fue destacada como una de las más buscadas por parte de la Gestapo alemana, y sus colaboradores franceses, Henri Lafont (1902-1944) y Pierre Bonny (1895-1944), lo que le obliga a huir a Argelia en 1943 donde permanece de manera clandestina. Su hijo Jacques fue miembro de la Resistencia francesa.
En 1945 regresa a Francia y esta vez fue acusada de matar a su sobrino, Raymond Clérisse con un tóxico. Fue detenida en Niza pero solo estuvo detenida unos días siendo puesta en libertad por lo que la prensa francesa de entonces realizó muchas preguntas sobre su participación en este crimen.
El misterioso final de Tánger
Después de acabar la Segunda Guerra Mundial, Marga D’Andurain, vivió en Tánger, para posteriormente pasar a España y finalmente residir en la colonia de Gibraltar, donde vivió con lujos y riqueza, ya que trabajaba en el contrabando entre Tánger, entonces ciudad internacional, España y Gibraltar.
En noviembre de 1948 cuando partió para un intercambio de lingotes de oro en un velero llamado Djeilan, desapareció para siempre, luego de que la embarcación fuera hallada en Tánger donde se encontraban dos ex nazis, Hans Abel, además de Helene Kuls, que fueron acusados de matarla.
El juicio se celebró en Tánger y Abel admitió que Marga murió en las aguas de Tánger, aunque insistió en que no quería acabar con su vida y que cayó accidentalmente. El juez lo condenó a 20 años de prisión –salió después de diez años-, mientras que Helene Kuls solo fue condenada a un año de cárcel.
Las autoridades internacionales de la ciudad del Estrecho realizaron una intensa y larga búsqueda del cadáver pero sin éxito, así dejó muchas preguntas sin responder sobre su pasado y actividad como espía, parece que el destino estaba escrito para que se llevara para siempre todos sus secretos en lo más profundo de las aguas que bordean una ciudad tan vinculada a los espías, contrabandistas y misterios como es Tánger.
Texto: Jesús Cabaleiro
Dibujo: cortesía de Patrick Pinter