Diario Calle de Agua

España - Marruecos

Cultura

Vikingos, Islam y Abderramán II

Los vikingos a principios del siglo IX lanzaron ataques contra las costas de Europa, británicas, francesas, llegando a las de la entonces Al Andalus.

En el año 844, Al Andalus, con un alto desarrollo cultural y científico se convirtió en el foco de las ambiciones de los guerreros vikingos, que, en busca de botín y riquezas asaltaron la actual capital portuguesa, Lisboa, que se encontraba bajo el dominio de la dinastía omeya reinante en Al Andalus.

Los vikingos posteriormente ampliaron sus incursiones en Al Andalus, llegando a las localidades de Cádiz, Medina Sidonia y luego en noviembre de 844, Sevilla, y sus campañas llegaron hasta el actual Marruecos, y lanzaron una feroz campaña contra el emirato de Nekor en el Rif, norte marroquí.

El emir Abderramán II (792-852), Abū l-Mutarraf ‘Abd ar-Rahmān ibn al-Hakam, cuarto de la dinastía omeya en Al Andalus, envió fuerzas para expulsar a los vikingos, y las batallas entre los dos bandos continuaron durante más de tres meses, entre idas y venidas, finalizando con la derrota de los guerreros del norte y su retirada de Al Andalus.

La batalla principal tuvo lugar en los terrenos de Tablada, con mil bajas vikingas; otros cuatrocientos fueron hechos prisioneros y ejecutados y unas treinta naves fueron destruidas.

El emir consiguió derrotar a los vikingos que se desplazaron hasta llegar a las islas Baleares. El caudillo vikingo danés desde el 827, Horik I (muerto en 854) recibió a la embajada árabe encabezada por el poeta andalusí Al-Ghazal (772-886), siendo una de delegaciones más importantes ante la corte vikinga.

Tras la derrota de los vikingos en Al Andalus, el emir Abderramán II fortificó las ciudades costeras de sus ataques y estableció una flota naval militar con el fin de defenderse de las incursiones, que se repitieron en 859, 966 y 971.

Descubrimientos recientes

En 2017, investigadores de la Universidad de Uppsala, en Suecia, descubrieron la presencia de vestimentas con las palabras ‘Alá’ y ‘Ali’ (nombre del cuarto califa islámico, quien vivió entre los siglos VI y VII) escritas con hilos de seda y plata, en tumbas que datan de los siglos IX y X, que constituían vestidos tradicionales para el entierro entre las tribus vikingas, lo que plantea dudas sobre la influencia del Islam en los países escandinavos .

El descubrimiento se atribuye a la arqueóloga textil de la Universidad de Uppsala, Annika Larsson quien volvió a examinar los restos de uniformes enterrados en tumbas de hombres y mujeres en barcos o excavados originalmente a finales del siglo XIX y principios del XX en Birka y Gamla Uppsala, dos localidades que se encuentran cerca de la capital sueca, Estocolmo.

La arqueóloga apuntó que los diseños geométricos muy pequeños, de no más de 1,5 centímetros de altura, no se parecen a nada que haya encontrado antes en Escandinavia, añadiendo que había visto ″diseños similares en España, en trajes de estilo marroquí" de la etapa de Al Andalus.

La profesora de arte y arquitectura islámica de la Universidad de Texas, Stephennie Mulde recuerda que existieron interacciones entre los vikingos, los musulmanes y el mundo islámico. ″Algunos incluso denominaban Escandinavia el último puesto fronterizo de la ruta de la seda”.

Texto: Jesús Cabaleiro