Mariano Bertuchi, pintor de Tetuán
Mariano Bertuchi (1884-1955), granadino de nacimiento del barrio del Realejo, la casa de su infancia aún existe y por iniciativa de la Escuela de Artes y Oficios y del Ayutamiento de Granada le rindieron un homenaje poniendo una placa en la fachada un año después de su muerte en Tetuán el 20 de junio de 1955.
Su infancia –nació en 1884- estuvo marcada por sus vivencias en Granada y Málaga. Las experiencias le han influenciado y explican en gran parte las características fundamentales de su pintura; aparte de estos escenarios, Bertuchi refleja en su obra otro importante; Marruecos, que durante su juventud marcó sus obras llegando a la cima del éxito.
Málaga fue muy importante para su formación a lo largo de su juventud. Fue el contacto con el Mediterráneo donde la luz impregnaba sus obras. Y el contacto con África será un escenario preferido para combinar el color de Granada y la luz de Málaga.
Bertuchi era conocido como ilustrador puesto que en esa época las revistas culturales estaban en pleno apogeo como Blanco y Negro, Esfera y Nuevo Mundo.
El primer viaje de Bertuchi fue a Tánger en 1898 para acompañar al intérprete oficial del general O’Donnell, Anibal Rinaldi, que era íntimo amigo de su padre. Después de este primer contacto, tendrá numerosas oportunidades para visitar el país hasta que decide quedarse definitivamente en Marruecos.
Bertuchi lo capta todo; notas, dibujos y modelos. Y poco a poco sus obras ocuparán los despachos oficiales españoles, esto lo hace el pintor oficial del Marruecos español del siglo XX. En 1921, es nombrado inspector de Bellas Artes y aunque regresa a la Academia de San Fernando su vida se concentra en tierras marroquíes. La muerte le sorprende en 1955 en Tetuán.
Para comprender la pintura de Bertuchi no hace falta ser un conocedor o experto, solo hay que ver los sellos postales del Protectorado español creados en 1928 para ver reflejada la geografía, historia y cultura de Marruecos.
Puesto que la mayoría de los sellos de la época eran reproducciones de pintura y dibujos del artista, de 1934 a 1953 compone un catálogo turístico del país con imágenes, escenas militares y oficios artesanales. También refleja fiestas tradicionales, ceremonias típicas, sin olvidar mencionar puertas y murallas.
Bertuchi mostró su pasión y amor por el norte de Marruecos, no solo en sus obras de pintura sino también defendió el arte marroquí en sus diferentes aspectos como el tapiz, tela, cerámica y mosaico, en fin, todo el mundo artesanal creando escuelas como la de Artes y Oficios y Bellas Artes en Tetuán, de Artes Índígenas de Tagsut en el Rif, de Tapices en Chauen y el Museo Etnográfico en Tetuán.
El objetivo principal era recopilar todas las manifestaciones artísticas y testimonios de Marruecos de la época del fin del siglo XIX y principios del XX. Porque todos estos oficios estaban en vía de desaparición con la evolución del mundo y la propia evolución a causa del Protectorado con el fin que las futuras generaciones conozcan su país antes de su independencia.
La Escuela de Artes y Oficios Nacional de Tetuán conocida como Dar San’aa fue creada hace noventa años y sigue fiel a sus objetivos con la conservación de las diferentes tradiciones artísticas que caracterizan Tetuán. Bertuchi hizo todo lo posible para la conservación y defensa del patrimonio de la ciudad de Tetuán, creando talleres para mantener vivas las obras tradicionales artesanales donde los maestros expertos pudiesen transmitir sus conocimientos en los diferentes sectores.
En 1930 es Mariano Bertuchi quien toma la dirección de la escuela, su paso por ella contribuyó a mejorarla y organizarla y poner una metodología eficiente de trabajo, la reputación y su profesionalismo traspasó las fronteras.
En los años cuarenta las escuelas superiores en España decidieron enviar sus alumnos a Tetuán con el fin de facilitar e informar por medio de sus pinturas la realidad de las ciudades marroquíes.
Marruecos es considerado un destino preferido para los estudiantes artistas españoles, como por ejemplo, el linense José Cruz Herrera (1890-1972), que refleja en sus obras una pasión por los retratos de las diferentes razas de la sociedad marroquí como los judíos y bereberes.
La administración española designó a Bertuchi inspector de Bellas Artes en 1928 trasladándose a Tetuán; esta escuela era preparatoria para el acceso a escuelas de San Fernando de Madrid y Santa Isabel de Hungría en Sevilla. Jugó un papel muy importante trabajando con eficacia y compromiso sin olvidar su pasión por la pintura.
La temática de sus obras abarca los cafés. Los cafés se consideran un espacio de encuentros para los hombres cuya única tarea es permitir que el tiempo fluya, sin olvidar de disfrutar del famoso té verde.
También incluye, religión y costumbres. Las cofradías (Las Zauias), 1943 obra que se encuentra en el despacho de la Presidencia del Gobierno en el Palacio de la Moncloa, Madrid.
Asimismo, los zocos (mercados) y las calles. Los paisajes, Bertuchi, desde su temprana edad impregnada la belleza del ambiente granadino para luego recrear en modelos similares en las escuelas tetuaníes.
Para Bertuchi: ”el concepto de jardín es como una recreación del paraíso que debe preservarse, donde nos acordaremos de él, que está construido por el hombre”. Como ejemplos: Valle de la ribera Río Martin, Valle de montañas, 1944 y Montaña Gorgues. 1946.
La pintura de jardines es un género particular que se incluye en la categoría de paisajes y este último se considera una de las facetas principales en el desarrollo de su obra. Los jardines se consideran una tradición hispano árabe donde se ve la complicidad entre la vegetación y el agua.
Murallas y Puertas : En la época del fundador de Tetuán, Al-Mandri, se construyeron las murallas en el siglo XVI y hasta el siglo XVIII se construyeron todo el circuito; su rol era defensivo y organizativo.
Los funduqs: Son fondas con pequeñas placetas; un lugar de alojamiento de mulos, caballos, para comer y descansar mientras que sus dueños almacenan y venden sus mercancías.
Por último, la vida cotidiana. Un espacio muy importante en la vida cotidiana tetuaní son las terrazas y las azoteas; considerados como espacios de ocio.
Texto: Dounia Rochdi