Bulevar Pasteur, preservación del patrimonio arquitectónico moderno en Tánger
La ubicación del Boulevard Pasteur arroja luz sobre el patrimonio urbano moderno de Tánger, en un momento que, según los especialistas, permite revalorizar este eje central como parte integrante de la memoria urbana de la ciudad.
Los orígenes de la calle se remontan hace más de un siglo, en 1911, cuando fue pavimentada con el nombre de calle ‘Al-Salaf’, en honor a Dar Al-Salaf, el primer edificio construido en la zona, en 1910.
El nombre se asoció originalmente así con el edificio Dar al-Salaf, institución financiera para el cobro de las deudas del Estado marroquí mediante el cobro de derechos de la aduana, antes de transformarse en sede de la administración internacional y, posteriormente, en sede de la policía, durante la época de la Tánger internacional (1923-1956).
Actualmente, el edificio alberga en la planta baja, la oficina de Turismo y la Biblioteca Abdellah Guennoun, especializada en la historia de Tánger.
La calle, construida en 1911, inicialmente Al Salaf posteriormente adoptó el nombre de Pasteur en 1925.
Sin embargo, el bulevar Pasteur no fue la primera vía urbana de estilo europeo de Tánger, ya que le precedieron otros, entre ellos, la calle España a finales del siglo XIX.
Empero, poco a poco se convierte en un testimonio de la transformación administrativa y urbana que experimentó la ciudad a principios del siglo XX, transformándose en el principal paseo de la ciudad, en lugar de la medina, beneficiándose de su entorno abierto y de su conexión con las transformaciones sociales.
Además, su ubicación, con vistas desde ‘Sur al-Ma'akazine’ (Plaza de los perezosos) a la Muralla -declarada patrimonio nacional en 1947-, le otorga una dimensión visual que realza su valor turístico y arquitectónico.
El bulevar Pasteur refleja la transición de la ciudad hacia un modelo urbano moderno basado en el eje del denominado ‘bulevar’.
La calle alberga una veintena de edificios históricos, la mayoría residenciales con plantas bajas comerciales.
Se distingue por una vista panorámica e incluye una veintena de edificios históricos con un estilo arquitectónico que data del período internacional, entre los que destacan los edificios Toledano y Acordeón, que reflejan un estilo arquitectónico moderno que combina la función residencial con el atractivo estético.
También hay una sinagoga, la Shaar, en la calle, cerca de la citada Biblioteca dedicada al erudito Abdellah Guennoun (1908-1989), lo que añade un nuevo significado religioso y cultural.
Allí se encuentra la tienda ‘Kent’, que en su día fue una de las más famosas de Tánger antes de cerrar sus puertas (ahora da nombre a una galería de arte en el 19 rue Jabha al Watania), además de un histórico edificio bancario que fue la sede del Banco Comercial de Marruecos en la década de 1920.
El bulevar también alberga una serie de cafés históricos que, a lo largo de las décadas, han formado espacios para la vida cultural y social, entre ellos los cafés de Zagora, Claridge, Metropole, La Colombe y cerca, Casa España, además de la librería de las Columnas, uno de los hitos literarios destacados.
La calle representa para los expertos “un tejido integrado de historia, arquitectura y memoria urbana”, que puede transformarse en un eje central para proteger el patrimonio arquitectónico moderno y realzar su presencia con un carácter arquitectónico diverso.
Los expertos consideran que esta podría ser una oportunidad para restaurar el patrimonio arquitectónico del siglo XX en Tánger, modernizando los mecanismos de protección e integrando el bulevar en rutas culturales y turísticas, que se beneficien de su simbolismo, al tiempo que enfatizan la necesidad de preservar sus fachadas originales y evitar cualquier intervención que afecte el carácter estético e histórico de la calle.
Resaltar la historia del bulevar es “un paso necesario para fortalecer su posición en futuros planteamientos urbanos y proteger la identidad urbana que se ha formado a lo largo de más de cien años”.
El bulevar Pasteur, una de las calles más maravillosas del mundo, consagra el estatus simbólico de este eje en la identidad urbana de la ciudad del Estrecho, reflejando la profundidad de su historia urbana que supera un siglo.
Se trata de una clara señal de la necesidad de proteger y valorizar este patrimonio, en un momento en el que Tánger asiste a un movimiento de rehabilitación de sus lugares históricos.
El bulevar Pasteur es una buena elección para pasear y conocerla, dada la historia y la importancia arquitectónica y urbana de esta vía urbana.
El reconocimiento internacional amplía la influencia de Tánger, pero también plantea interrogantes sobre cómo transformarla en una palanca de protección de la identidad urbana local.
Texto: Jesús Cabaleiro