El legado de Ibn Battouta continúa en su Museo inspirando a los viajeros
El legado del famoso viajero marroquí Ibn Battouta (1304-1377) sigue presente en la escena cultural global y sirve como fuente de inspiración para la nueva generación de nómadas digitales que documentan sus viajes a través de cámaras y redes sociales.
El Museo Ibn Battouta en Tánger está intentando revivir la memoria del legendario viajero integrando medios digitales en la visualización de sus itinerarios, permitiendo a los visitantes embarcarse en un ‘viaje virtual’ que abarca desde Marruecos hasta Oriente Medio (Levante), India, China y África Oriental.
En la medina de Tánger, una vez que accede a la puerta de la Kasbah se encuentra enfrente una torre alta testigo de una parte importante de la historia de la ciudad del Estrecho. Se trata de Museo Ibn Battuta, que antes se denominaba ‘Borj (Dar) En Naam’.
El Museo Ibn Battuta rinde homenaje a uno de los viajeros más importantes del mundo, y ofrece una experiencia interactiva única que permite a los visitantes explorar elementos extraños y mapas detallados de las rutas que realizó.
En su contenido se puede seguir la biografía de Ibn Battouta, los mapas y la cronología de sus tres viajes, su obra ‘Rihla’ (El viaje): el contexto de su escritura con Ibn Yuzayy (1321-1357), la pluma que utilizó, copias del libro en diferentes idiomas y sobre todo, los diarios de viaje, que están conservados.
Del mismo modo, se mencionan las personalidades encontradas durante sus viajes (políticos, religiosos...), los grandes imperios mundiales visitados en siglo XIV, así como los medios de transporte utilizados: camellos, caballos, barcos, caravanas y los caravasares donde pernoctó. También herramientas de navegación, mapas, manuscritos y la estatua de Ibn Battuta en cerámica con vestido tradicional marroquí.
El museo permite a los que acuden a las instalaciones museísticas interactuar con un mapa de las rutas de viaje a través de pantallas 3D, mostrando las ciudades visitadas por Ibn Battouta durante el siglo XIV. Los visitantes combinan el patrimonio tangible con la tecnología moderna.
Esta exhibición interactiva invita a los curiosos a preguntarse: ″Si Ibn Battouta hubiera vivido en nuestra época, ¿habría transmitido sus aventuras a través de un teléfono inteligente y en directo? ¿O habría mantenido su estilo tradicional de documentación y escritura?”
Así, se contrasta la profundidad intelectual del recorrido histórico con la velocidad del acceso en la era digital.
La experiencia de Ibn Battouta representa un modelo contrastante del espíritu de viaje y descubrimiento, ya que se basó en la curiosidad intelectual y en el deseo de documentar con precisión las costumbres y cultura, en contraste con una gran generación de viajeros contemporáneos que se centran únicamente en imágenes rápidas y contenido instantáneo.
El legado de Ibn Battouta sigue inspirando a aventureros y nómadas digitales por igual, no sólo como símbolo de Tánger y Marruecos, sino como un icono global de la curiosidad humana y la búsqueda incansable del conocimiento, en una época en la que la geografía y la tecnología se cruzan.
Ibn Battouta, uno de los mayores exploradores del mundo
El jurista y juez Ibn Battouta (Shams ad-Din Abu Abd Allah Muhammad ibn Muhammad ibn Ibrahim al-Luwati at-Tanyi) está considerado entre los más grandes exploradores del mundo después de haber viajado sin interrupción durante 30 años.
Ibn Battouta dejó su casa natal en Tánger, en Marruecos, donde nació un 24 de febrero, a los 21 años en 1325, con el propósito de cumplir con uno de los cinco mandamientos de la fe musulmana, la peregrinación a La Meca, el Hajj, y ampliar sus estudios jurídicos en Egipto y Siria.
Así, inició un largo viaje desde Tánger para explorar marchando casi continuamente durante un período de casi treinta años, comenzando su viaje de peregrinación a La Meca, el Hajj, en 1325 y luego continuando a través de tres continentes.
El viajero tangerino viajó a 44 países, entre los que se encuentran la actual China y Tanzania, donde recorrió unos 120.000 kilómetros.
En 1352, Ibn Battouta se unió, con camellos y suministros recién comprados, a una caravana que partía en el sur de Marruecos, rumbo al Sahara, su último viaje lo llevó a través del Sahara hasta la actual Mali.
Ibn Battouta escribió en sus diarios de viaje: “Me fui solo, sin un compañero de viaje ni una caravana con quien compartir los momentos de alegría. Por lo tanto, me preparé para dejar a todos mis seres queridos, hombres y mujeres, y abandoné mi casa como los pájaros abandonaron sus nidos”.
Cuando el sultán meriní de Fez, Abu Inan Faris (1329-1358), quiso escuchar las historias de sus viajes, se sorprendió de que no tomara notas. Luego insistió en que se escribieran sus viajes y asignó al poeta y estudioso andalusí, de origen granadino, Ibn Yuzay a trabajar con Ibn Battouta, quien describió, con la recuperación de sus recuerdos, las vivencias que había acumulado durante casi 30 años.
Juntos escribieron el libro titulado ‘Presente a aquellos que contemplan las cosas asombrosas de las ciudades y las maravillas de los viajes’ o ‘Regalo de curiosos sobre peregrinas cosas de ciudades y viajes maravillosos’, según la traducción que se haga. Es uno de los libros de viaje más conocidos, conocido simplemente con el nombre ‘El viaje’ (“الرحلة”rihla en árabe).
El manuscrito original se encuentra en la Biblioteca Nacional de París.
Ibn Battouta era diferente a los viajeros europeos. Partió de Tánger, en el actual Marruecos, y encarna plenamente el concepto del fundador de la filosofía taoísta, Lao Tse (siglos VI-V adC), quien consideraba que un buen viajero "no tiene planes firmes y no tiene intención de llegar a su destino".
En España su obra se tradujo, ya en el siglo XX como 'A través del Islam. Ibn Battuta'. Una de sus más conocidas traducciones es la de Serafín Fanjul y Federico Arbós. Alianza Editorial, Madrid, 2005.
Una de sus últimas ediciones es de este año 2025 a cargo de Javier Vela Arévalo, de la editorial Mr. Momo, con el título ‘Las aventuras de Ibn Battuta’.
Texto: Jesús Cabaleiro