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Faro de Cabo Beddouza, referencia del Finisterre marroquí

El faro de Cabo Beddouza (también llamado Cabo Cantin) en  Beddouza, se ubica a 35 kilómetros al norte de Safi. Es una instalación en un lugar cargado de leyendas y que se conoce como el Finisterre marroquí.

El faro fue construido en 1916 y es considerado el segundo faro en el Atlántico centro-oriental. Está construido con una torre de piedra cuadrada con una galería y linterna, formando parte de una pequeña fortaleza (kasbah) cuadrada, con almenas y cuatro torres o torrecillas cuadradas en las esquinas.

En el centro del gran patio se alza la torre cuadrada a modo de minarete andalusí de estilo almohade del siglo XI. En la parte superior, una linterna de Fresnel, un bifocal de gran diámetro de 19 metros de altura, antes alimentado con gas de petróleo, pero ahora con un generador eléctrico, que está conectado a la red.

Alrededor de la kasbah, el faro tiene cuatro viviendas para el personal y una casa oficial para el técnico jefe. La fortaleza y el Faro están pintados de blanco, la torre y las torrecillas cuadradas del recinto llevan dos franjas en verde.

La zona donde se ubica Cabo Beddouza se describe como ‘la península de Finisterre’ remontándose la expresión a siglos atrás, a la etapa idrisí (789-974), ya que la  punta de tierra se adentra más en el Océano Atlántico.

El edificio encarna históricamente la relación con el mar. Un faro, que brilla en la distancia y que ilumina la historia de varias generaciones.

Este sitio mítico, a menudo se ha relacionado la historia. En el año 480 aC, Hannón el Navegante (explorador cartaginés conocido por su  exploración naval de la costa occidental de África) se instaló allí, iluminando la costa e incluso construyó un altar en homenaje al Dios del Mar y los Océanos en la mitología griega, Poseidón. Entonces se llamaba Cabo Cantin o Cabo Soloeis.

También cita la zona el diplomático y explorador andalusí, León el Africano (1494-1554) que menciona la presencia de españoles asentados en la región para fundar una posible ciudad.

Precisamente, el Faro recientemente dio nombre, siendo aprobado por la administración central, al pueblo de pescadores cercano, El Beddouza, que cuenta con unos 14.000 habitantes.

Cerca, se encuentra el morabito, la tumba de Sidi Ahmed Chachkal, un lugar conocido como ‘el pequeño monte Saint-Michel marroquí’ donde se produce la llamada ‘peregrinación de los pobres’ que data de siglos pasados, donde muchos vienen cada año para reforzar  su espiritualidad al no poder peregrinar a La Meca.

De la misma época del Faro de Cabo Beddouza son otros cuatro faros ubicados, tres más al norte: Faro de Sidi Boubker, en servicio desde 1921 y Sidi Bouafi, que se construyó en 1916, en El Yadida; Faro de El Hank en Casablanca, construido en 1914 pero que entró en activo en 1920, y uno al sur, Faro de Cabo Sim en Esaúira, construido en 1917 y que inició su funcionamiento en 1922.

Estos cuatro faros, procedentes de la etapa del Protectorado francés, están gestionados por la Autoridad Portuaria y Marítima y representan una verdadera riqueza del patrimonio nacional.

Se espera que el Faro de Cabo Beddouza sea clasificado como monumento y bien patrimonial de Marruecos. En su recinto hay cuatro grandes salas vacías, de más de 100 metros cuadrados por lo que se ha propuesto que  podrían albergar exposiciones relacionadas con la historia de los faros de Marruecos y los diferentes mecanismos de iluminación.

Texto: Jesús Cabaleiro