La historia del cine en Tetuán
Tetuán siempre ha estado vinculada al cine. Hay que recordar que Marruecos celebró el centenario de la llegada del séptimo arte en 2018, siendo el primer largometraje de ficción rodado en Marruecos en 1919 ‘Maktoub’ (El destino), una producción francesa.
Cuando Marruecos era un Protectorado dividido entre Francia y España se produjeron un total de 530 producciones de ficción en la zona francesa por 235 en la zona española, mientras que Tánger, entonces ciudad internacional acogió 47 grabaciones.
Tetuán vivió la época dorada de las salas de cine y donde la pantalla grande formaba parte de todos los aspectos sociales.
Habría que recordar que el cine en la ciudad entró de la mano de España, al igual que la imprenta y los periódicos ya desde el pasado 1860, cuando el ejército español entró en Tetuán tras la guerra.
Los españoles ya en la etapa del Protectorado, desde 1912 hasta 1956, donde Tetuán era su capital, crearon salas de cine con diseños vanguardistas y modernistas que no se han vuelto a repetir superando incluso a otras salas en la misma España y en otros países de Europa. Desde entonces surgió la relación entre el público y el cine que se prolongó durante décadas.
Entonces, los tetuaníes, sus familias y jóvenes pertenecientes a cabilas cercanas podían contemplar en la gran pantalla las obras maestras del cine árabe, hindú, español y estadounidense. Las clásicas comedias de Cantinflas eran muy seguidas.
La entrada al cine era parte del gasto semanal o mensual de los cinéfilos de entonces, no importaba su profesión, ya fueran soldados, trabajadores o artesanos.
Lo curioso es que Tetuán que entonces apenas superaba los 30.000 habitantes contaba con siete salas de cine, entre ellas, el Teatro Nacional, el cine teatro Español, el Avenida, el Monumental, el Reina Victoria, Visión Cinema y Al Mansur.
El Teatro Nacional fue construido en 1914, inicialmente como teatro Victoria y que ya en los años 30 pasó a llamarse Nacional, hoy en día pendiente de la conclusión de su necesaria rehabilitación tras tres décadas cerrado. Se ubicaba en el barrio de Mssalla Kdim, en las afueras del famoso distrito del Ensanche, y donde residía la mayor parte de los habitantes marroquíes.
El cine Teatro Español, se inició en 1916, completamente rehabilitado en el año 2000, con un aforo de 825 espectadores. El cine Reina Victoria, en el barrio Málaga, se ubicaba fuera del centro donde se acercaban los que vivían en zonas más alejadas.
También existían cuatro cines al aire libre, los conocidos cines de verano, como el existente en el entonces barrio español. Entonces el cine era en 35 milímetros, en blanco y negro y la entrada valía cinco pesetas.
En aquella época dorada del cine entrar en las salas tenía su propio ritual, el público disfrutaba de una libertad personal y colectiva porque el espacio público se trataba de forma educada, elegante por lo que se podía salir de noche acompañada por su esposa o novia, y volver tranquilamente a casa.
Además, los tetuaníes lucían sus mejores galas, como si fueran a una fiesta o una boda. Los hombres iban con corbata de vivos colores, camisetas de cuello largo y zapatos de cuero relucientes mientras que las mujeres a la moda con finas prendas y faldas.
Los cines tenían sus butacas de madera forradas de terciopelo verde, como en el cine Avenida, con elegantes palcos y ornamentación en los techos.
El florecimiento del cine fue acompañado en esa etapa de cierta libertad personal en el espacio público, un entorno de libertad, respeto, aceptación del otro, antes de que todo cambiara a partir de la década de los ochenta.
El propietario de salas de cine en Tetuán, donde llegó a regentar un total de 17 en el norte marroquí, Hussein Budih, de 80 años, cree que las razones de la extinción del cine en la ciudad fueron debidas a cuestiones técnicas y tecnológicas. Las cintas en VHD, luego los DVDs, internet y la piratería hicieron que los cines se fueran cerrando uno a uno en Tetuán y el resto de Marruecos.
La época dorada del cine en Tetuán y sus alrededores se remonta desde 1923 con el Protectorado español, hasta 1983 pues los sucesos de la ‘revuelta del pan’ de 1984 que afectó a todo el norte marroquí mató la libertad en los espacios públicos.
Así, la policía ocupó desde 1984 las principales arterias de la ciudad jugando un importante papel para restringir la libertad de los espacios públicos.
El cine en la bulliciosa ciudad de Tetuán, la Paloma Blanca, se perdió y el espacio público se ha ido convirtiendo en algo así como un pantano cenagoso o una fosa común donde viven fantasmas y cadáveres.
Pero todavía existen cines en diferentes países y pueblos así como estudios en Hollywood, en Estados Unidos y Bollywood, en la India.
Por último recordar que el hispanista tetuaní, Ahmed Mgara tiene un libro publicado en 2004 con el título ‘El cine español y Marruecos’. Se trata de un minucioso estudio donde recoge, entre otros aspectos, que es a partir de 1968 cuando se prohíbe la exhibición de películas en idioma español.
Texto: Jesús Cabaleiro