La historia del Jardín de los Enamorados de Tetuán
Cuenta la historia que Riad El-Ouchaq, ‘Jardín de los Enamorados’ para los tetuaníes, en su época era un paraíso verde caracterizado por una impresionante naturaleza andalusí, con fuentes, arcos y estanques en cuya agua dulce nadaban peces rojos, amarillos y de otros colores.
En su esplendor narra la leyenda que se acercaban algunos animales como ciervos, aves rapaces y el macaco de Berbería, también denominado mono de Gibraltar.
Esta zona se plantó en 1929 durante la etapa del Protectorado español para recrear el ambiente de los jardines de la Alhambra de Granada y también fue conocida como parque Cagigas.
Lo cierto es que el jardín de los enamorados, a pesar de sus reducidas dimensiones, fue considerado una de las obras potenciadas por el general Luis Orgaz (1881-1946) durante su periodo como Alto Comisario de España en Marruecos (1936-37 y 1941-45), recordándose su figura y obra como las del pintor Mariano Bertuchi (1884-1955).
El dueño de la idea del proyecto del ‘Jardín de los Enamorados’ fue un general que creía que hay un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz, y que para que una persona sienta que está viviendo la vida, el entorno en el que vive debe tener jardines exuberantes, calles limpias, pasarelas para peatones, clubes culturales, salones literarios, grandes teatros y salas de cine etc.
Cuando el general Orgaz estableció el parque, los residentes que vivían en la ciudad de la Paloma Blanca de Tetuán, tenían diferentes orígenes, razas y religiones, judíos, cristianos y musulmanes, pero apreciaban y respetaban la creación de parques, estableciéndose entonces para los tetuaníes el Jardín Riad El-Ouchaq, de origen andalusí.
Se creó este jardín en una etapa en que la sociedad tetuaní convivía sin problemas y el jardín evocaba emociones para crear un pequeño paraíso andalusí en Tetuán para que conectara con su pasado histórico en Andalucía.
La historia de Tetuán recordará que el Riad El-Ouchaq fue el más bello y espléndido de toda la pasada época de la ciudad de la Paloma Blanca y aún permanece en su memoria.
El jardín de los enamorados estuvo descuidado durante mucho tiempo, pero fue objeto de una restauración completa en 2007. Desde entonces, los tetuaníes han disfrutado sentándose en los bancos públicos y viendo pasar el tiempo.
Las autoridades locales siguen haciendo grandes esfuerzos y destinando fondos económicos para resucitarlo aunque nada puede devolver su mayor etapa de esplendor durante el Protectorado español.
Texto: Jesús Cabaleiro