La recuperación del hospital Ben Karrich de Tetuán, una ruina
El expediente del tambaleante proyecto de recuperación y rehabilitación del Hospital Ben Karrich de Tetuán sigue generando polémica.
Una operación absurda y descabellada que continúa hasta el día de hoy confundiendo a los vecinos de Tetuán, y a los de la cercana localidad de Ben Karrich.
La historia comenzó hace unos diez años cuando fue demolido el antiguo hospital de enfermedades respiratorias de Ben Karrich, a doce kilómetros de Tetuán en la Carretera Nacional 2 hacia Chauen y Alhucemas.
Este derribo se produjo debido al grave deterioro del edificio construido durante el Protectorado Español en 1946, entonces fue un auténtico modelo de hospital moderno y avanzado, que recibía a pacientes de tuberculosis y enfermedades respiratorias del norte de Marruecos, e incluso de España.
Las recuperación del antiguo hospital aún no han visto la luz, a pesar de que han pasado varios años desde que se inició su construcción cuyas obras se encuentran detenidas, por razones desconocidas.
Un rápido paseo por los pasillos de este hospital inacabado resulta vertiginoso. Podría haber sido un hospital con estándares europeos, el área en la que fue construido era ideal para pacientes con enfermedades respiratorias, pero al final se ha convertido en algo parecido a la Cueva de Ali Babá... Todas sus habitaciones parecen cuevas y sus equipos están roídos por las ratas.
El problema parece más profundo. El ministro de Salud y Protección Social, Khaled Ait Taleb, confirmó durante diciembre de 2021 que el motivo del retraso en las obras del hospital se debía a la finalización de un acuerdo entre las instituciones interesadas.
Pero tras el anuncio del acuerdo hace más de dos años la situación sigue siendo la misma.
La restauración del Hospital Ben Karrich contaba con la contribución de la Agencia de Rehabilitación y Desarrollo del Norte, la Consejería de Sanidad y Protección Social y la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) de la Junta de Andalucía, con un coste de más de 45 millones de dírhams (4,1 millones de euros), y el plazo de ejecución era de 18 meses.
La idea era proporcionar una capacidad de hasta 80 camas.
Así, la Junta de Andalucía, a través de su Agencia de Cooperación es uno de los principales contribuyentes, pero no se tiene respuesta sobre el paro en su construcción.
“Es una cuestión que preocupa al gobierno marroquí, no tenemos explicación”, afirma una fuente de la Junta de Andalucía, según señala la prensa marroquí.
Los vecinos de la zona comparten diferentes teorías desde el lobby de la corrupción que fue quien detuvo la construcción del hospital. ¿Pero quién es este lobby ? Se refieren a los propietarios de las canteras de la zona que han convertido la vida de los vecinos en un infierno.
Las canteras, algunas ilegales, destruyen cultivos y ganado y practican su métodos ante los ojos de todos, destruyendo la naturaleza y aguas subterráneas, provocando que muchos residentes sufran enfermedades respiratorias crónicas.
A los propietarios de las canteras no les gusta la idea de crear un gran hospital para enfermedades respiratorias en la zona, porque si abre, se verán obligados a detener la destrucción de toda la naturaleza llevada a cabo en la zona.
Según los vecinos, los propietarios de las canteras tienen una gran influencia y mucho dinero, por lo que pueden desafiar al propio Estado y que deje de construir un hospital que hasta ahora ha consumido más de diez millones de dirhams (926.000 euros). Si esta teoría fuera cierta y se demostrara, sería un escándalo sin precedentes.
Hay otras teorías que apuntan al lobby de los hospitales privados que presionó para detener la construcción del hospital Ben Karrich.
Es una teoría difícil de digerir, pero sus defensores añaden que un hospital público, moderno, con estándares internacionales, y casi gratuito, ciertamente suscita los temores y la ira de empresas que comercian con la salud. Esta teoría también parece lógica.
Dos parlamentarios habían presentado previamente dos preguntas orales al ministro de Sanidad, Khaled Ait Taleb, sobre esta cuestión hospitalaria. Por una parte, en la Cámara de Consejeros (Senado), Mohamed Bakouri, de la Reagrupación Nacional de Independientes (RNI) y en el Parlamento (Cámara de Representantes), Hamid Darraq, de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP).
Lo cierto es que la inicial operación de reforma pasó, del mantenimiento a la demolición y reconstrucción, en base a los informes técnicos realizados. Los estudios mostraron que la estructura del hospital estaba muy deteriorada, por lo que no podía soportar reparaciones, ni trabajos de acondicionamiento.
Así, se tomó la decisión de reconstruir nuevamente este centro hospitalario y ampliarlo a 80 plazas, en lugar de rehabilitar el edificio existente.
Es de destacar que la apertura del proyecto del Hospital Ben Karrich de Tetuán junto a otros centros sanitarios en obras contribuirían significativamente a aliviar el hacinamiento frente a la acumulación de citas médicas, así como a intentar reducir los problemas en localidades como Uezán, Chauen y M'diq (Rincón) que derivan pacientes hacia el Hospital Regional Saniat Ramel de Tetuán.
Historia
El hospital para el tratamiento de enfermedades respiratorias y tuberculosis fue construido en Ben Karrich, cerca de Tetuán, en 1946, durante el período del Protectorado español del norte de Marruecos.
El hospital tenía una capacidad inicial de 152 camas que con el tiempo aumentó hasta las 314 camas, distribuidas en sus tres plantas.
En su época, ofreció tratamiento médico y clínico a más de 1.400 pacientes.
Se consideraba el único hospital y centro de salud para muchos de los habitantes necesitados de las zonas rurales cercanas a Tetuán, de la que distaba diez kilómetros.
Especialmente estaba dedicado a los enfermos que padecían tuberculosis, ya que su tratamiento requería mantenerlos durante semanas en el hospital de Ben Karrich hasta que se recuperaran, para evitar la transmisión de la infección a sus familiares.
Las monjas que regentaban el centro se ofrecieron como voluntarias para atender a los pacientes en sus distintos departamentos, y continuaron incluso después de la independencia de Marruecos, antes de que decidieran retirarse debido al grave deterioro de las instalaciones, el bajo nivel de servicio y la imposibilidad de trabajar adecuadamente.
Durante su etapa, el hospital contribuyó a paliar la saturación en las instituciones hospitalarias públicas del Hospital Regional Saniat Ramel y el resto de hospitales de las localidades de la región Tánger-Tetuán-Alhucemas.
Desde entonces el hospital no se ha rehabilitado, ni utilizado, estando pendiente de que finalicen sus eternas obras para su futura puesta en servicio.
Texto: Jesús Cabaleiro