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Sociedad

Los artesanos del cobre conservan su prestigio en el zoco Seffarine de Fez

La fabricación de cobre sigue teniendo un lugar prominente en la medina de Fez, ya que la  centenaria artesanía mantiene su identidad como una de las tradicionales, más bellas y antiguas de Marruecos. Los objetos de metal son habituales y típicos en la medina fasí.

El nombre de un barrio patrimonial de la ciudad se asocia a los artesanos es el “Souk Al Saffreen” (Zoco Seffarine, un complejo de artesanos del cobre), que se considera una exposición abierta en la que cada rincón habla de la belleza del grabado del cobre.

Se ubica al noreste de la medina de Fez El Bali, cerca de la histórica mezquita Al-Karaouine (en árabe جامعة القرويين).

Los productos de cobre ocupan un importante lugar simbólico entre los marroquíes, que los utilizan en los principales utensilios del hogar, especialmente para recibir invitados, en fiestas, eventos y para sus vacaciones.

La decoración de estos productos y su singular grabado contribuyen a aportar belleza a los hogares marroquíes en general, y a la mesa en particular.

Hasta hace poco, los productos de cobre estaban muy presentes en las necesidades del ajuar de la novia marroquí.

La vajilla de cobre es muy famosa, en especial sus vasos, y difícilmente un hogar marroquí carece de ellos.

En los últimos años, la industria del cobre ya no se concentra solo en el barrio de los artesanos caldereros de Fez, sino que parte de su actividad se ha trasladado fuera de sus murallas, al área ‘Ain Al Naqbi’ lejos de la histórica medina.

Fez busca hacer de la zona, ubicada en el noreste de la ciudad, una incubadora de industrias tradicionales, siempre que el ‘Dar Al Saffarin’ (Plaza Seffarine) permanezca para el comercio del cobre rojo donde los artesanos caldereros moldean las piezas.

Arte y Belleza

Idris Boukhasas, de 66 años, es uno de los artesanos y maestros caldereros más antiguos del grabado en cobre y plata, se sienta dentro de una pequeña tienda de no más de cuatro metros en el área de Ain al-Naqbi.

El pincel de este artista es un rotulador-bolígrafo de acero llamado ‘al-Ma'on’, con el que dibuja motivos geométricos en los caminos previamente escritos utilizando una regla y una voluta (una pequeña máquina manual de dos patas que se utiliza para dibujar el círculo o partes de ella).

Es un arte de un tipo especial que no se desvanece, ya que no es como dibujar sobre papel, sino un grabado fijo que se puede sentir hasta la mano de un ciego, ya que los grabados se graban mediante trazos con un martillo que siguen el movimiento del citado bolígrafos de acero.

Los sonidos emanan a sus oyentes como si estuvieran escuchando una dulce sinfonía de música que finalmente termina en una pintura muy hermosa.

En 1970, Idris Boukhasas se inició en esta artesanía tradicional desde que dejó el banco del colegio a los 16 años, cuando se incorporó al “Souk Al Saffreen” para convertirse en uno de los que llevan la antorcha de esta artesanía tradicional que no se ha extinguido desde hace casi ocho siglos.

En el transcurso de medio siglo, Boukhasas, o ‘maestro Idris’, como se le conoce entre los artesanos, se convirtió en uno de los pocos que guardan secretos de la profesión. Los  artesanos diseminados en varias ciudades aprendieron de sus manos, pero aún así continúa trabajando con total dedicación incluso después de que sus cuatro hijos hayan crecido.

Boukhasas declaró: "El oficio de grabar utensilios de cobre y plata logra la expansión nacional y contribuye a atraer turistas".

"Los fabricantes de cobre, al igual que otros artesanos tradicionales de la ciudad, han tenido décadas de favor y son muy apreciados por las pinturas creativas que realizan con las yemas de sus dedos", explica.

Láminas de cobre

Respecto a las etapas de producción, dice: "El proceso de grabado comienza después de elegir la forma del recipiente a realizar, que son solo láminas de cobre".

"Las formas e inscripciones se dibujan con bolígrafos de grabado de acero, y con la ayuda de un martillo y yunque se realiza el golpeteo en la línea de dibujo hasta que finaliza la forma del grabado y se obtiene la forma deseada", continúa.

Dice que "el método de grabado difiere según el tipo de producto de cobre a fabricar, ya sea vaso, bandeja o plato decorativo", señalando: "la etapa paralela a las de producción es pulir el cobre y determinar su final dar forma con la ayuda de una máquina manual".

En cuanto al tiempo que se tarda en fabricar un producto de cobre, Boukhasas explica: "el tiempo está relacionado con la calidad  requerida, ya que grabar en una bandeja puede tardar una hora, y el plazo puede reducirse cuatro o incluso cinco veces"

Señala que "el nivel de producción está relacionado con la concentración del fabricante, por lo que siempre debe estar de buen humor".

Tan solo la ciudad de Fez incluye cerca de 300 talleres de producción en el sector del cobre, con unos 8.000 trabajadores y 2.500 artesanos, entre productores y comerciantes, así como 250 artesanos antiguos. No hay máquina en su trabajo, señala el maestro artesano.

Idris Boukhasas,  apunta: “la artesanía del cobre viene sufriendo en los últimos años un descenso de la demanda por imitación, ya que en Marruecos han entrado productos con menor calidad de China, pero a precios competitivos”.

"La pandemia del coronavirus ha contribuido a exacerbar las pérdidas de los pequeños fabricantes, especialmente con la disminución del número de turistas que son clientes esenciales", sostiene.

Texto: Jesús Cabaleiro