Este artículo es la primera parte de los recuerdos del arabista Fernando de Agreda y su relación con Marruecos en general y con Tánger en particular.
“Los recuerdos lejanos se van desvaneciendo, queda la memoria de los días vividos, las personas que nos acompañaron entonces, a sabiendas que muchos de ellos ya han fallecido.
Recurrimos a las fotografías y en la medida de las posibilidades, a quienes compartieron aquellas vivencias y las emociones que nos movieron entonces.