La región norte marroquí sigue sufriendo un amplio número de suicidios, que en este caso, y en condiciones impactantes se han producido en Tánger y en Beni Gmil, localidad rural de la provincia de Alhucemas.
En el primer caso, una persona se suicidó con un rifle de caza, en un bosque poco concurrido en las afueras de Tánger.
Según diversas fuentes, la persona se apuntó a la cabeza con el rifle de caza provocando la muerte instantánea, lo que además dificultó la identificación de esta persona al quedar desfigurado y destrozado su rostro.