Tánger se vio sacudida por un nuevo incidente suicida, en el que un joven de unos veinte años apareció muerto, en circunstancias calificadas de "misteriosas".
La víctima fue encontrada colgada de una cuerda en el interior de su casa familiar en la zona de Beni Makada de Tánger.
Según allegados, la víctima tenía veintitantos años y no padecía ningún trastorno psíquico.
Lo sucedido forma parte de una serie de incidentes suicidas que la ciudad conoce cada cierto tiempo, provocando un estado de conmoción entre los vecinos del barrio.