Tánger en particular y Marruecos en general, fue el destino y escenario, durante los inicios del siglo XX, para numerosos pintores internacionales. Entre ellos se encontraba el finlandés Hugo Backmansson (1860-1953).
Backmansson estudió en Turku y posteriormente hizo carrera en el ejército ruso. Tras vivir 30 años en San Petersburgo, se instaló en Finlandia en 1918.