Muchos ciudadanos, así como el personal médico que trabaja en la Clínica Al-Nahar de Martil, exigieron la necesidad de disponer de una oficina permanente de seguridad, ante lo que algunos califican de "perturbaciones" entre los ciudadanos que acuden al centro sanitario.
La falta de guardias impide una intervención oportuna, lo que conduce a una grave situación de caos mientras los trabajadores sanitarios sufren repetidos insultos, así como a la obstrucción de sus tareas. Se exige la rápida intervención de seguridad para poder controlar la coyuntura.